Comer rico no es comer sano
Milton von Hesse, Ministro de Agricultura, declaró recientemente que “la gente (los peruanos) cree que comer rico es comer sano y eso puede terminar afectando la salud y, en ese sentido, se justifica algún nivel de la prohibición”. Se refería a la recientemente aprobada Ley de Alimentación Saludable que busca regular la publicidad que promueva el consumo de comida “chatarra” de los niños y reformar la venta en los colegios.
Promover el consumo de alimentos saludables en lugar de comida “chatarra” tiene mucho sentido, especialmente considerando que en el Perú la obesidad infantil está creciendo a un ritmo acelerado y las enfermedades asociadas con una mala nutrición como la diabetes o la hipertensión ya golpean cada vez con mayor frecuencia a los adultos en familias de menores ingresos en Lima y provincias.
La publicidad tiene un impacto positivo sobre el consumo, especialmente en el caso de alimentos poco saludables. Quienes trabajan en el mercado de las gaseosas suelen decir que su negocio consiste en colocar masivamente en el mercado agua, azúcar y publicidad. Más publicidad, vende más; y, naturalmente, menos, vende menos. Es decir, la Ley recientemente aprobada muy probablemente tendrá un impacto sobre el consumo. Sin embargo, difícilmente podrá resolver un problema como el de los malos hábitos de alimentación, cuyas raíces son mucho más profundas.
Sin alternativas verdaderas en términos de precio, sabor y presentación, va a ser difícil que el consumo de comida “chatarra” se desvíe hacia los alimentos saludables. Hoy, la oferta de comida en el país está dominada por una mentalidad occidental que contempla lo rápido, sabroso y abundante como lo más atractivo. Esto sumado a la tradición criolla y a los platos clásicos de la gastronomía peruana hace que las opciones de comida saludable y rica sean casi inexistentes o poco conocidas.
Si este nicho de mercado no se consolida, los hábitos de consumo no cambiarán y Ley recientemente aprobada pasará a la historia como una distorsión más introducida en el mercado sin un impacto real sobre la vida de las familias peruanas.
El gran reto de la gastronomía peruana, que ya está generando tantos efectos positivos en la economía, es ir más allá del sabor y asumir el liderazgo en el ámbito de la nutrición, no solo por un tema de responsabilidad con la salud de los peruanos, sino porque ahí están las oportunidades de negocio del futuro en el país y en el extranjero. Se prevé que las ventas globales de alimentos saludables aumentarán 50.8% entre 2010 y 2015 solo en América Latina.
A continuación, algunas ideas de cómo los empresarios peruanos podrían comenzar a involucrarse:
- Los proveedores pueden llegar a la población de menores ingresos si envasan en menores cantidades con precios más bajos, o si ofertan productos listos para cocinar en combinaciones que ahorren tiempo.
- Los vendedores pueden celebrar su herencia peruana mediante la promoción de los productos locales que realmente convierten a la cocina Peruana en única - y saludable.
- Los chefs pueden explorar el mercado de restaurantes orientados a la salud, especializados en comidas locales y tradicionales.
- Los distribuidores de bebidas pueden inclinarse hacia versiones saludables que incluyan la amplia gama de deliciosas frutas que el Perú ya produce, sin ningún tipo de aditivos de fructosa importados, y de baja nutrición.
- Los productores de snacks pueden comercializar granos peruanos que compitan con "alimentos chatarra" que contienen mucha grasa y azúcar, si se promocionan correctamente.
Comer sano si poder ser rico si nuevos emprendedores asumen el reto de llevar a la gastronomía peruana hasta un siguiente nivel.
