Un impuesto para países informales que aspiran a descentralizarse
¿Cómo hacer crecer la base tributaria peruana?
Foto: Iriartelaw
Las personas y las empresas realizan miles de transacciones por segundo en un país como el Perú. Estas pueden ser presenciales o virtuales y completadas en dinero o en especie tanto en un centro comercial como en una esquina de barrio o en la banca de un parque zonal.
Este hecho hace que la efectividad para cobrar impuestos como el IGV o el impuesto a la renta dependa en gran medida de la voluntad del contribuyente pues los ojos del ente recaudador simplemente no pueden estar en todas partes.
Cuando nos referimos a la persistencia de la informalidad en el Perú y hablamos de la necesidad de ampliar la base tributaria para que todos los ciudadanos paguen los impuestos que les corresponden y no solo lo siga haciendo la minoría formal de siempre, estamos reconociendo lo difícil que es recaudar IGV e impuesto a la renta en una economía informal. ¿Hay alternativa? Sí.
La ventaja de los activos inmobiliarios como instrumento de referencia para las políticas públicas, señala Hernando de Soto, es que es lo único que no se mueve, incluso en las economías más dinámicas del mundo. Y, por supuesto, es mucho más fácil cobrar impuestos sobre aquello que no se puede mover (o esconder).
¿Y cómo está la recaudación del impuesto predial en el Perú? En la última década ha crecido a un ritmo considerable. Este hecho es especialmente importante porque la recaudación del impuesto predial es responsabilidad de las municipalidades. Si la recaudación se fortalece, entonces la dependencia del gobierno central se reduce, lo cual contribuiría sin duda a una descentralización más efectiva.
Sin embargo, a pesar de tremendo dinamismo, la recaudación por impuesto predial sigue siendo sorprendentemente baja en todo el Perú, incluso en la zona de Lima Top que abarca a los distritos donde se encuentran los predios con valor económico más alto y los municipios con mayores capacidades para recaudar el impuesto predial. En 2013, mientras el precio por metro cuadrado en Lima Top ascendió a US$1,800, el pago de impuesto predial anual por inmueble ascendió a US$175. Para una propiedad de 100 metros cuadrados, la tasa implícita de impuesto predial es de 0.1%, bastante por debajo del promedio internacional que fluctúa entre 1% y 3% del valor del inmueble. Y, por supuesto, a más grande la propiedad, menor la tasa implícita.
Así están las cosas hoy. ¿Qué se puede hacer? Ganas de recaudar más impuesto predial no son suficientes. Para poder encarar este reto con éxito, los municipios requieren contar con catastros que cubran toda la superficie de sus distritos, con mecanismos que aseguren que se mantengan actualizados y con áreas de recaudación y fiscalización equipadas a la altura del reto. Asimismo, los valores arancelarios fijados por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) deben actualizarse para reflejar el valor real por metro cuadrado de los predios. Este aspecto es crucial porque, si bien la recaudación del impuesto predial está descentralizada (en manos de las municipalidades), el monto que estas pueden recaudar está centralizado y es fijado por el MVCS. Los alcaldes, por su parte, deben asumir el costo político que representa liderar un aumento progresivo de la recaudación de este impuesto y asumir con responsabilidad el reto de generar mayor bienestar para los habitantes de sus distritos, a través de planes de desarrollo coherentes y políticas de gasto transparentes y eficientes. Se puede recaudar impuestos hasta en el país más informal, especialmente si se apunta a los activos que más se ven y menos se mueven. Al hacerlo, también se puede impulsar el proceso de descentralización.
