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El talón de Aquiles de Keynes

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Llegó a invertir el equivalente a USD 23 millones, pero consiguió retornos bajos.
18 de enero de 2016
Red star
Por qué es importante
Keynes aprendió que en el mercado financiero no basta con ser un genio sino también hay que saber las bases del sistema.

John Manyard Keynes, economista británico, es recordado por su influencia en la economía moderna al tratar de entender la crisis, e incluso una escuela entera de pensamiento lleva su nombre.

Para Keynes, la política económica era clave para afrontar la crisis, parte de esta debía ser estimular la demanda y la mejor manera de hacerlo era utilizando la política fiscal.

Lo que no se sabe mucho de él es que más allá de sus proezas intelectuales y su indiscutible habilidad como economista, Keynes tenía un gran problema: era un terrible operador de divisas.

Keynes solía invertir en acciones y en divisas; sin embargo; en lo último no era tan bueno, según un estudio denominado If You're So Smart: John Maynard Keynes and Currency Speculation in the Interwar Years realizado por Oliver Accomionotti y David Chambers de la Escuela de Economía de Londres y de la Escuela de Negocios de Cambridge, respectivamente.

Esta es la conclusión a la que han llegado estos investigadores que han analizado los datos de Keynes. En su pico más alto de inversiones, durante 1936, tenía aproximadamente 250.000 libras invertidas (el equivalente a USD 23 millones), pero lo que recibía por estas inversiones, era, aproximadamente 2.5% entre 1932 y 1939. Mucho menos que lo que recibió entre 1920 y 1927 que fue 8.9% al año. Estas ganancias son bastante modestas comparándolas con todo lo que Keynes invertía y perdía cada vez que fallaba a lo que apostaba.

Usualmente sabía hacía donde se movería la moneda; sin embargo, fallaba en calcular el momento en que lo haría. Por ejemplo, en 1933 dijo que el dólar se apreciaría y justo después abandonó el estándar del oro.

Luego anunció que Francia y Holanda también lo abandonarían, y acertó. Sin embargo, lo hizo demasiado pronto y para el momento que sucedió, ya había perdido demasiado a lo largo del tiempo.

Sin embargo, si hay un lado positivo a todo esto es que Keynes ha dejado ciertos consejos de qué hacer y qué no hacer en este rubro para que no nos vaya tan mal en este campo:

  • En el mercado financiero no basta con ser un genio. Además de saber las bases del sistema, hay que saber desarrollar un sexto sentido para saber el tiempo en el que ciertas cosas sucederán.
  • Todos, incluso los mejores operadores de divisas, deben estar listos para perder grandes cantidades de dinero en cualquier momento.
  • Probablemente la persona que se encuentra al otro lado de la operación sepa más que tú.

Estos consejos podrán servir como inspiración o como guía para futuros y actuales economistas, y también podrían ayudar a cualquier interesado en invertir en la bolsa.