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Una vida que se apaga antes de tiempo

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Tres estrellas Michelin llegó a tener el restaurante de l´Hotel de Ville
04 de febrero de 2016
Red star
Por qué es importante
Los premios se pueden volver adictivos. El que es número uno un día, quiere serlo también al día siguiente, lo cual requiere un gran esfuerzo que a veces es inmanejable.

La ceremonia de la premiación de las estrellas Michelin 2016, a la cual el chef Benoit Violler planeaba asistir según medios suecos, se inició el lunes con un minuto de silencio en nombre del fallecido.

Y es que el mismo día que se daba a conocer a los ganadores de las estrellas de Michelin de 2016, se conoció de la muerte de Violier, chef de origen francés, nacionalizado suizo. Tenía 44 años, era hijo de una familia vinculada a la industria del vino, dirigía el Restaurant de l´Hotel de Ville, y dejaba esposa e hija.

Precisamente, el restaurante que dirigía había recibido las tres estrellas de Michelin, y en diciembre del año pasado había sido elegido el mejor restaurante del mundo en La Liste, el ranking francés que incluye a 1 000 restaurantes de 48 países. Además, en 2013, había sido nombrado chef del año por la guía Gault & Millau, una de las más influyentes en el mundo culinario.

Todo parece indicar que se trata de un suicidio, pero la policía está haciendo las investigaciones en la más absoluta reserva por respeto a la familia, señala en una extensa nota el New York Times. Sin embargo, el mundo culinario está consternado, porque este sería el segundo caso en que un chef comete suicidio debido a la presión del trabajo. En 2003, el chef Bernard Loiseau, dueño también de un restaurante tres estrellas fue hallado muerto a los 52 años, según la prensa porque temía perder una estrella.

Inmediatamente, representantes del mundo gastronómico se pronunciaron para dar su pésame y destacar la figura de Violler. Paul Bocuse, escribió en Twitter que Violier había sido “un gran chef, un gran hombre y un talento enorme”. Mare Veyrat, “el planeta ha perdido a un chef excepcional, Benoit Violier, me encuentro devastado¨.

La consternación no es solo en el ámbito gastronómico sino en general, todos se preguntan ¿cómo alguien que está ganando la carrera de la vida, con más éxitos que fracasos?, decide apagar las luces antes de tiempo y dejar de seguir corriendo.

Una colaboradora de Bocusse, consultada por el New York Times, y con 40 años en el mundo gastronómico decía que los chef siempre están bajo mucha presión, de crear obras maestras todos los días. Eso los lleva al cansancio y depresión.

Nadie sabe toda la concentración que exige cada una de esas creaciones, y los premios se vuelven adictivos. El que es el número uno un día, quiere serlo también al día siguiente, lo cual requiere un gran esfuerzo que a veces es imposible manejar.

Que descanse en la paz que no consiguió durante su vida.