Logo oe

Centros para curar desórdenes alimenticios

Larger ano
Arrow red
En los Estados Unidos, hace 10 años habían 22 centros para el tratamiento de desórdenes alimenticios, ahora hay 75 establecimientos.
23 de marzo de 2016
Red star
Por qué es importante
No hay estudios que muestren la efectividad de los tratamientos que brindan estos centros, por lo que se está pidiendo mayor transparencia en las relaciones financieras entre los centros de rehabilitación.

Es imposible afirmar que en nuestro país, tanto la bulimia como la anorexia no sean enfermedades bien tratadas. Sin embargo, debemos admitir que nunca se les da la misma cobertura que sí reciben otras enfermedades. Quizás sea porque este no es un tema muy recurrente en suelo peruano, sin embargo, lo es en otros países donde la desesperación de los padres está llevando a que depositen toda su confianza en centros de rehabilitación, cuyos tratamientos no han sido probados.

En Estados Unidos, las enfermedades mentales han quitado más vidas que cualquier otra. En los últimos años, se ha observado la multiplicación casi milagrosa de centros de rehabilitación para tratar estos desórdenes. Esto, sin embargo, más que verse como algo excelente ha despertado ciertas dudas en los expertos. Los cuales temen, en el fondo, que estos lugares se estén aprovechando de víctimas vulnerables y de sus familias, por extensión. En su artículo “Centers to Treat Eating Disorders Are Growing, and Raising Concerns” The New York Times analiza esta tendencia y plantea las dudas y preocupaciones de expertos sobre la proliferación de estos centros.

El costo de uno de estos centros es de aproximadamente USD 1000 dólares diarios, aunque en algunos casos las tarifas podría ser mayor. Además, la proliferación de estos (de 22 a 75 en una década) podría terminar por afectar la calidad de los servicios brindados. Además de esto, no hay evidencia de la efectividad de los tratamientos que los centros brindan, y se desconoce si tienen respaldo científico.

El artículo, sobre el que se basa esta nota, afirma que la información existente sobre los resultados es mixta.

  • Los chicos salen sintiéndose bien, pero regresan a casa a enfrentar los mismos sentimientos que los llevaron a enfermarse.
  • Los chicos afirman haber pasado un buen tiempo en los centros, pero que los tratamientos no servían para enfrentar el problema.
  • Los chicos sugieren que si bien recuperaron el peso perdido, al regresar a su vida cotidiana, volvieron a perderlo.

Los padres han optado por buscar información y referencias en los portales para saber cuáles son los mejores centros para tratar a sus hijos, y comparten los casos de sus hijos en búsqueda de que alguien los guíe en el camino hacia encontrar ayuda para los desórdenes alimenticios de sus hijos.

A causa de esto, la doctora Evelyn Attia, profesora de psiquiatría y directora del programa de trastornos de la alimentación en la Columbia University Medical center y otros colegas, señalan que se debe exigir mayor transparencia de las relaciones financieras entre los centros de rehabilitación.