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El método para dejar de ser racista mientras duerme

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Las personas nacen sin sesgos raciales. Estos se adquieren en el entorno luego de años de exposición y son difíciles de eliminar.
29 de mayo de 2015
Red star
Por qué es importante
Durante el sueño, el cerebro transfiere los recuerdos a depósitos de memoria permanente.

Las interacciones sociales están llenas de sesgos. Nuestras percepciones respecto de ciertas personas o grupos de estas condicionan la actitud que tenemos hacia ellos. Por eso existe la discriminación racial que puede conducir a la violencia como en el caso de Estados Unidos o la discriminación laboral en contra de las mujeres o de personas con rasgos étnicos particulares al momento que las empresas contratan personal, entre otros. 

Estos comportamientos pueden ser conscientes o inconscientes. Es decir, quien discrimina puede ser perfectamente alguien que sabe y está convencido de que discriminar está mal y que incluso se esfuerza por no hacerlo. Si alguna vez se ha preguntado por qué la discriminación es tan persistente, la razón es que en muchas ocasiones el origen de estos comportamientos está en el inconsciente.

La buena noticia es que los seres humanos nacemos libres de sesgos sociales, con lo cual es posible liberarse de ellos. ¿Cómo? 

En un reciente experimento, Ken Paller, de la Universidad de Northwestern, consiguió reducir significativamente el sesgos de discriminación. ¿Cómo lo hizo? Expuso a 40 estudiantes al ejercicio de asociar imágenes con atributos. Cada vez que los estudiantes realizaban una asociación que se deseaba fijar como “mujer” y “ciencia” o “negro” “bueno”, Paller hacía sonar un sonido para cada combinación positiva. Luego invitó a los estudiantes a tomarse una siesta de 90 minutos. Durante este período, Paller hizo sonar aleatoriamente los sonidos vinculados a las actitudes positivas. Los resultados encontrados son muy interesantes: los participantes que escucharon los sonidos de las actitudes correctas mostraron una menor propensión a discriminar a personas afroamericanas o a mujeres. Este efecto se mantuvo incluso hasta una semana después del experimento. 

Lo que hace este experimento es aprovechar que durante el sueño la información recientemente asimilada en el cerebro se puede  integrar con otra y transformarse en representaciones más estables en la memoria que permitan que el cambio de comportamiento sea más probable. Es decir, las personas pueden ser entrenadas para reemplazar estereotipos negativos con positivos mientras duermen pues es precisamente en los momentos de sueño que el cerebro transfiere los recuerdos a depósitos de memoria permanentes que permitan generalizar lo aprendido recientemente. Para que este aprendizaje se produzca, muchos expertos además de los sonidos se utilizan los olores.

Este tipo de instrumentos todavía está en una etapa muy temprana de desarrollo y todavía existen muchas interrogantes alrededor de ellos.  Además, son, tal como lo han señalado algunos expertos, un arma de doble filo pues así como pueden ser usados para desalentar la discriminación, también pueden ser utilizados para fijar en las personas comportamientos perjudiciales para la sociedad.