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Jugos de fruta a la carta

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La máquina para procesar los empaques de fruta con distintos sabores y obtener un jugo fresco sin tener que trabajar nada cuesta USD 700.
06 de abril de 2016
Red star
Por qué es importante
El negocio está totalmente integrado porque tiene una red de pedido, producción y distribución de materia prima para hacer jugos alrededor de los EE.UU., usando una aplicación móvil vía FedEx.

Primero fue el café en cápsulas, aprovechando para diversificar distintos tipo de blending y asegurar una experiencia singular con cada taza de café. Luego, se apuntó la Coca Cola en variedades normal y Zero para Sprite y Fanta. Ahora le ha tocado el turno a los jugos naturales, que aunque ciertamente no van en cápsulas, siguen la misma lógica de ofrecerte experiencias individuales irrepetibles.

Los hábitos de tomar jugo varían dependiendo de la persona. Existen personas que se los preparan con agua o como extracto, le agregan azúcar o edulcorante. Y luego, está Doug Evans, cuya vida gira alrededor del jugo.

Evans desayuna, almuerza y cena jugo. Toma tanto jugo que dice ya casi no consume agua. Pero no solo eso, su trabajo también gira en torno al jugo, según señala un artículo de New York Times “A USD 700 Juicer for the Kitchen That Caught Silicon Valley’s Eye”.

El negocio de Evans es fabricar máquinas automáticas para elaborar jugo y tal parece que ha generado mucho interés porque ha conseguido financiamiento de inversionistas de Silicon Valley.

Su negocio está totalmente integrado porque tiene una red de pedido, producción y distribución de materia prima para hacer jugos alrededor de los EE.UU., usando una aplicación móvil vía FedEx.

Luego de recibir los envases con la pulpa de fruta, los clientes escanean los paquetes en la máquina y esta les dice si la fruta está fresca, contaminada o pasada. De ser una de las últimas dos opciones, el aparato no procesa la fruta. En otras palabras, se asegura de que tengas la mejor experiencia haciendo jugo.

Los empaques pueden ser comparados a aquellos sistemas de café en cápsulas, no por el envase, sino por la lógica del funcionamiento. La máquina cuesta USD 700.

¿Cómo alguien aceptó financiar semejante cosa?

Todo parece indicar que los inversionistas creen que el futuro está en aquellos productos relacionados con el cuidado de la salud. Silicon Valley es conocido por albergar gente con mucha plata obsesionada con la salud y con la idea de que la tecnología puede mejorar absolutamente todos los ámbitos de nuestras vidas.

El entusiasmo ha sido grande, pero aún no se observan resultados en ventas porque el grupo objetivo no ha sido bien definido, y además, la máquina es bastante más costosa que comprarse un extractor de jugos, un miniprocesador o una licuadora. Además, aun cuando todo venga listo para procesar, habría que tener en cuenta los hábitos de consumo, porque muchos estadounidenses no desayunan ni almuerzan en sus casas, solo compran un café en el camino y comen un sándwich en el refrigerio.