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Alicia Quispe y sus polleras de altura

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El Huyna Potosí tiene 6 088 metros de altura y está ubicado en Bolivia, Alicia Quispe lo escaló.
20 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
Alicia escaló sin polleras para no asumir mayores riesgos, pero una vez en la cima, se puso su pollera.

Una de las cosas que uno puede admirar de las mujeres es la capacidad que tienen para no ponerse límites, ni en el trabajo, ni en la vida personal, y, menos aún como miembros de la sociedad.

Ese es el caso de Alicia Quispe, una mujer aymara, cocinera de altura, porque ofrece sus potajes a quienes suben a escalar los montes, esposa de Agustín Alaña, y madre de Fabricio.

Su esposo es un experto en trepar cerros, y pertenece a la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña, por lo que trabaja con varias empresas de turismo guiando a los alpinistas desde hace más de 15 años, casi el mismo tiempo que Alicia cocinaba para sus clientes. Antes de que partieran les preguntaba por qué querían hacerlo, y, cuando regresaban, les pedía que le dijeran cómo se habían sentido en la cima.

De esa manera, poco a poco, le fue surgiendo la idea de treparse algún día. Alicia se preguntaba ¿por qué la cima de las montañas era solo para extranjeros o para varones? Como saben la sociedad boliviana es bastante tradicional y el rol de las mujeres es cuidar a los hijos y ocuparse de la casa, pero en ningún caso, escalar montañas.

Así que eso terminó de convencerla que ella podía demostrar a otras mujeres de su pueblo que esa cholita podía lograr hacer algo que antes estaba hecho solo para los hombres.

Precisamente, sobre ella, el portal Aljazeera, publicó un artículo recientemente, denominado "Bolivia's indigenous women scaling new heights", que es el que inspira esta nota.

Si bien Alicia llegó a la cumbre del Huayna Potosí en diciembre de 2015, ella ya hizo historia. Primero porque asumió que iba a ser una aventura familiar y lo hizo con esposo e hijo, además de la familia Choque. Segundo, porque en cinco horas llegó a la cumbre del monte que tiene 6 088 metros de altura. Tercero, porque por primera vez en muchos años, se quitó sus polleras para escalar, pero se las volvió a poner en la cima, a fin de registrar en una foto lo que estaba haciendo. Cuarto, porque con su gesto demostró, algo que muchos sabemos, que las mujeres son capaces de cumplir cualquier meta con la que se propongan.

En el mundo, y en nuestros países, aún hay muchas brechas para las mujeres que poco a poco tenemos que superar y ejemplos como los de Alicia en Bolivia o nuestra compatriota Silvia Vásquez-Lavado en el Everest, nos deben inspirar a hacerlo.