Logo oe

La pataleta por la tableta

Larger nino
Arrow red
La Academia Americana de Pediatría señala que 1 o 2 horas diarias frente a una pantalla es admisible para niños mayores de 2 años.
23 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
Hoy en día, las nuevas formas de maternidad y la liberalización de la mujer han generado que se les cuestione por permitir el acceso temprano a sus hijos pequeños a la tecnología. ¿Es eso del todo justo?

Hace unos días, una amiga comentaba su experiencia con su pequeño sobrino de 2 años, a quien su madre le había comprado una tableta para que se familiarice con las imágenes y aprenda a deslizar sus deditos para ver videos, abrir cuentos y otras aplicaciones.

Como consecuencia de ello, cuando se lo dejaban, y el pequeño reclamaba la tableta y no se la daban, inmediatamente empezaba la pataleta por la tableta, matizada por gritos, llantos y escenas. Probablemente, el niño siente lo mismo que sentimos cuando se nos queda el móvil o celular en casa, y parece que nos faltara algo por el resto del día. El síndrome de abstinencia de la tecnología.

Y es que las pataletas de hoy en día no son porque les compremos un chupete, un juguete o por jugar con los carritos, sino por estar frente a una pantalla.

El asunto es si tiene o no sentido que esto le ocurra a un niño tan pequeño. Precisamente, unos días más tarde de estas conversación Slate publicó un artículo denominado The Debate Over Screen Time Is Really About Moms, Not Kids, el mismo que plantea una aproximación dura y cruda, pero muy real: la controversia sobre a qué edad o cuánto tiempo deben pasar los niños frente a la televisión o las tabletas tiene más que ver con las madres que con los hijos.

El artículo aporta dos datos importantes. El primero, es que la Academia Americana de Pediatría señala que una o dos horas de tiempo frente a la pantalla es razonable para los niños mayores de 2 años. Para los niños de menos edad, la Academia señala que no existen directrices específicas, pero los pnaeles para actualizar sus recomendaciones están considerando la evolución de la informática. El segundo, que ya en 1980, Steven Gortmaker, de la Universidad de Harvard, sugería reducir todo lo que sea posible la dosis de exposición a las pantallas de TV, aun cuando las investigaciones no son concluyentes respecto al real daño que el exceso de tecnología genera.

Esto significa que si las madres nos movemos alrededor de esas tesis, efectivamente, la dosis de cúanta tableta o televisión diaria tendrá un niño, tiene más que ver con las necesidades de las madres que con lo que conviene o no a los niños. Y es que esa otra parte de la realidad no se puede olvidar, las madres que no tienen ayuda en casa, tiene que tomarse una ducha, hacer la comida si fuese el caso, trabajar, o tomar una llamada; y, en esos casos, la tableta o la TV es el mejor instrumento para mantenerlos entretenidos mientras nos tomamos ese tiempo.

Los defensores de esto último, señalan que esto forma parte de las nuevas formas de maternidad producto de la liberalización de la mujer, y que no se debe sentir vergüenza de que esto ocurra.

Este tema da para mucha más discusión, si se tiene en cuenta que personas como Steve Jobs, el fundador de Apple, no dejó que sus hijos pequeños usaran tecnología sino hasta adolescentes, y luego lo admitió de forma dosificada. Pero, claro, el no se ocupaba de sus hijos, solo decretaba las reglas.