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Los jugos de rana se quedan sin insumo

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El nombre científico de las ranas que se usan para estos smoothies es Telmatobius Culeus y vive entre la frontera de Perú y Bolivia.
24 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
Por USD 4, las personas disfrutan de un preparado contra la anemia, la fiebre, la tuberculosis o la impotencia masculina.

Hace unos días, de casualidad, participé de una conversación sobre comidas extrañas, entre las cuales se mencionó el jugo hecho a base de rana, cuyo proceso de preparación implica matar a golpes al animal y despellejarlo para licuarlo o procesarlo conjuntamente con huevo, zanahoria, uña de gato, maca, miel de abeja, entre otros.

Ahora, parece que la fama de este preparado ha traspasado fronteras y recientemente, The New York Times, le ha dedicado un artículo denominado “For This Green Smoothie, the First Ingredient Is Frog”, donde se advierte que pronto podría no ser posible elaborar más smoothies de rana porque aquella que vive en el Lago Titicaca (Telmatobius Culeus), entre Perú y Bolivia, parece que se ha extinguido según los responsables de un proyecto de anfibios en Bolivia.

A diferencia de otros jugos verdes como se le conoce, el preparado con ranas no promete hacer que adelgaces ni se presenta como una propuesta de dieta, sino que se le atribuyen efectos terapéuticos contra la anemia, la fiebre, la tuberculosis e incluso la impotencia masculina o la infertilidad femenina.

De acuerdo, a lo que señala el artículo, el jugo se prepara en el momento y se vende principalmente en ferias semanales en el sur del país, y en algunos puestos en el centro de Lima o Arequipa que publicitan la venta del famoso jugo de rana del Lago Titicaca, de la que disponen en pequeños acuarios con agua.

Precisamente, el problema de esta práctica es que la captura ilegal de estos anfibios, está dejando al lago sin ranas, pese a las prohibiciones existentes en ambos países.

Lo curioso del caso es que no existe evidencia científica de que efectivamente el preparado tenga alguno de los efectos terapéuticos que se le atribuye. Sin embargo, Ben Orlove, un antropólogo, indica que muchas veces ocurre con las tradiciones que terminan siguiéndose incluso ante la carencia de evidencia científica.  Además, sugiere que probablemente algunos proyectos de desarrollo en el hábitat de estas ranas, estén siendo una mayor amenaza para la población que su propio consumo.

Las personas que lo han consumido dicen que lo más importante es cumplir con la dosis recomendada por los curanderos, que en algunos casos puede fluctuar entre 15 y 30 días de extracto diario a razón de USD 4 por vaso, luego de lo cual los efectos están garantizados.

Habrá que estar atentos a lo que ocurre finalmente con estos pobres anfibios.