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¿Aprendemos por imitación?

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Las células espejo se encuentran en el cerebro de los simios y se activan cuando el animal hace una acción o ve que otro la realiza.
27 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
La imitación no es de gran utilidad en los primeros meses de vida, a diferencia de los simios para quienes es fundamental desde que nacen.

Desde la época de Aristóteles existía la idea de que aprendíamos por imitación. Sin embargo, es recién en la década de los noventa con el descubrimiento de las llamadas “células espejo” en primates, que se empieza a explorar si efectivamente esto ocurre de esta manera. Las células espejo se encuentran en el cerebro de los simios y se activan cuando el animal hace una acción o ve que otro la realiza. Los psicólogos de la época creyeron, por descarte, que estas también se encontrarían en los humanos.

Sin embargo, el caso de los humanos no es tan simple, existen diversas teorías tratando de explicar cómo es que los recién nacidos entienden o aprenden a relacionarse con el mundo. En otras palabras, desde aprender a hablar hasta reconocer que la sonrisa significa que nos encontramos alegres. El artículo de NPR "Do We Learn 'At First' By Imitation?", sobre el cual se inspiró esta nota, parece tener una respuesta respecto a este tema.

Una de las primeras premisas que se tuvo en cuenta es que no existe ninguna evidencia científica que los genes vinculados a las “células espejo” de los primates existan en los seres humanos. Es más, un reciente estudio publicado en Current Biology, titulado "Comprehensive Longitudinal Study Challenges the Existence of Neonatal Imitation in Humans", indica que no existen pruebas que el ser humano aprenda por imitación en los primeros meses de vida. Para llegar a esa conclusión  hicieron pruebas a más de 100 niños en las semanas 1, 3, 6 y 9 luego de haber nacido. En estas se les mostraron gestos como sacar la lengua o como manipular objetos con las manos, y se buscó que los infantes imitaran lo que se les enseñaba. Sin embargo, toda la evidencia señaló que un niño humano no replicaba de inmediato lo que veía, y más bien observaba todo con mucha atención.

Esto no significa que a medida que crecen, la imitación adquiera mayor importancia, como ocurre cuando se tiene uso de razón o nos volvemos adultos. Así, por ejemplo, aprendemos toda clase de acciones manuales, ya sea escuchando y viendo a nuestros padres cocinar, usar un dispositivo electrónico, u observando cómo se comportan las personas socialmente, o mirando bailar a la gente en un video. La imitación se vuelve sumamente importante más adelante en nuestras vidas. Sin embargo, no es de gran utilidad en los primeros meses de vida, a diferencia de los simios para quienes es fundamental desde que nacen.

Todo parece indicar que se requiere mayores investigaciones para comprender lo que ocurre en los primeros años de vida para facilitar el aprendizaje de los niños. Por lo pronto, la teoría más aceptada es que los humanos no nacemos con la capacidad para hablar, pero sí con la capacidad para aprender a hablar.