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Lo picante está de moda

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El Perú tiene más de 50 variedades de ajíes.
02 de junio de 2016
Red star
Por qué es importante
Toda una revelación y un mundo de oportunidades para los ajíes peruanos que son incomparables y que tienen toda una oportunidad para hacerse conocidos.

El libro Ajíes Peruanos, Sazón para el Mundo, dice que cualquier comida peruana lleva la impronta del ají, y es casi imposible esquivar su presencia porque es su protagonista, por lo que es posible afirmar que la comida peruana no existiría sin ají.

Sin embargo, es sabido que no todos los paladares se adaptan bien a su presencia. Por eso, es toda una noticia saber que hoy en día, una de las ciudades más cosmopolitas del mundo como es New York, ha sucumbido a sus encantos y que la industria de la hot sauce está al alza.

Un artículo de Crain's, titulado “New York City's hot sauce industry is on fire”, destaca que la industria de la hot sauce ha pasado de ser solo para aficionados o extranjeros, una industria en crecimiento, y que la mejor muestra ha sido la Hot Sauce Expo que se realizó el año pasado en Brooklyn, donde hubo al menos una docena de productores presentando una diversidad de salsas mezcladas con jalapeños, manzanas, cebollas, ajo, jenjibre, jugo de limón, vinagre, sal, aceite oliva y hasta tequila.

Toda una revelación y un mundo de oportunidades para los ajíes peruanos que son incomparables y que tienen toda una oportunidad para hacerse conocidos en un sector, donde incluso ha habido problemas de aprovisionamiento de la materia prima, debido a la demanda de los productores de las salsas, muchos de los cuales las preparan de manera artesanal.

Además no es un sector con marcas dominantes. Tabasco es el que tiene mayor participación con el 17.7% y si alguno lo conoce, sabe que está lejos de cumplir las expectativas de alguien que ha probado los ajíes peruanos.

Solo hay que encadenarse a la decena de industrias que producen las salsas de última generación de New York, que tienen problemas de aprovisionamiento en épocas de frío y asegurarles un suministro permanente todo el año de las variedades que requieran, a precios razonables, porque los márgenes que tienen no son muy grandes. También habría que probar con el envío de las salsas de ají ya preparadas que existen en el país.

Lo que se tiene que hacer ahora es explorar un poco más el mercado, atendiendo a que en nuestro país existen 50 variedades de ají con diferentes niveles de picor, y que en la práctica solo algunas variedades son utilizadas.

Si México lo hizo, por qué no podemos hacerlo nosotros.