Logo oe

Vino tibetano de lujo

Larger vino
Arrow red
Una botella de vino tinto seco tibetano de la marca Möet Hennessy costará USD 341.
06 de junio de 2016
Red star
Por qué es importante
Hay tres razones que justifican su precio, la calidad, la exclusividad de la uva con la que está hecho, y las dificultades logísticas que existen para producirlo.

En un mundo, donde China produce trenes sofisticados de última generación, que antes se producían solo en Alemania, no es imposible pensar que los vinos de alta gama que producía solo Francia, Italia o España, ahora también sean producidos por China, en la medida que se encuentren condiciones extraordinarias para cosechar uva apta para dicho propósito.

Moët Hennessy dio a conocer hace unos días que en junio lanzará su nuevo vino tinto seco de alta gama, lo que sin duda ha generado expectativa entre los conocedores, porque a diferencia de otras ocasiones, este no será un vino francés, sino chino y se llamará Ao Yun.

Para quienes no conocen a Moët Hennessy, esta es una afamada empresa que forma parte del conglomerado LVMH, y una de sus marcas de alta gama más conocida es Dom Pérignon, según cuenta el artículo de Financial Times, “Moët Hennessy turns to China to make new fine wine”, sobre el cual se basa esta nota.

Ao Yun singnifica en castellano Nube Sagrada, es el nuevo vino de MH, y se venderá a USD 341 la botella, lo cual lo convertirá en el vino más caro de su producción y será presentado a sus clientes internacionales en la embajada de Francia en China.

El precio está influenciado por el renombre de la marca que lo lanza, pero sobre todo, por la calidad que ya fue alabada en 2013, cuando se obtuvo la primera cosecha, pero también por la complicada y compleja logística con la que se producen las 24 mil botellas que por ahora se obtienen y que se espera se incrementen en los próximos años.

La empresa produce el vino directamente en 320 parcelas donde trabajan 150 granjeros que antes cultivaban moras, tomates, entre otros. Las hectáreas que tiene alquiladas se ubican en Adong, una provincia de China ubicada a 2,600 metros sobre el nivel del mar, que fue elegida especialmente por sus condiciones climáticas (ni muy frías, ni muy calientes), lo cual no es usual en China.

Lo que hace aún más difícil el trabajo es que solo se puede acceder a las viñas por un paso que se encuentra a 4,300 metros sobre el nivel del mar, lo cual implica asumir grandes riesgos.