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La ética en la fotografía

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Magnum, la agencia internacional de fotografía a la que Steve McCurry pertenece desde 1986, dejó de circular las imágenes observadas y el mismo McCurry cerró su blog.
06 de junio de 2016
Red star
Por qué es importante
McCurry habría estado abusando del Photoshop, lo que está vetado para los reporteros gráficos, aunque el fotógrafo dice que el es un narrador visual.

Un escándalo amenaza con empañar la reputación de Steve McCurry, el famoso fotógrafo, que tiene en su haber cuatro World Press Photo y hace poco obtuvo reconocimiento por la imagen de la niña afgana, Sharbat Gula, para National Geographic, quien ha sido acusado de manipular sus fotografías.

El escándalo no ha sido menor porque Magnum, la agencia internacional de fotografía a la que Steve McCurry pertenece desde 1986, dejó de circular las imágenes observadas y el mismo McCurry cerró su blog personal donde periódicamente compartía sus capturas según señala Deutsche Welle, en su artículo 'Ethical lapse': Photoshop scandal catches up with iconic photojournalist Steve McCurry.

Todo habría sido descubierto por el fotógrafo Paolo Viglione, luego de asistir a la muestra El mundo de Steve Mccurry en el Castillo de Venaria en Turín, donde se exhiben 250 de las capturas más emblemáticas del estadounidense.

Viglione habría observado un error que detectó en una foto tomada en La Habana: donde se observa en el fondo, un hombre casi imperceptible que no tiene uno de sus pies, y en su lugar está el resto de una señal de tránsito amarilla. Como consecuencia de ello, publicó el error en su blog y a partir de ello, se comenzaron a contrastar las fotos que McCurry compartía en su blog con las que aparecían publicadas en sus libros, lo que evidenció el excesivo uso de Photoshop en al menos nueve fotografías donde hay personas que desaparecen, señaléctica de tránsito borrada, cambios de iluminación y saturación de colores.

Una de esas imágenes es la de una fotografía en Bangladesh, captada por McCurry donde se ven seis niños corriendo tras un balón en medio de un riachuelo, y donde se observan colores intensos y una composición armoniosa. Sin embargo, parece que la imagen no es fiel a la realidad: la fotografía original tiene tonos menos vivos y en ella aparecen dos personajes más: un séptimo niño corriendo detrás del grupo y el brazo de un octavo asomando por el extremo derecho, lo cuales habrían sido eliminados de la fotografía.

Este descubrimiento ha generado la crítica de sus colegas fotoperiodistas por romper las reglas básicas de dicha disciplina, que exigen no distorsionar la realidad cuando se trata de fotos documentales.

En su defensa McCurry, dijo en una entrevista en Time que no es un reportero gráfico sino un narrador visual, por lo cual asumió que podía hacer lo que quisiera con sus imágenes a nivel estético y compositivo, pero ofreció limitar al máximo el Photoshop.

McCurry tiene un largo camino por delante para recuperar la credibilidad sobre sus imágenes.