La historia de Hillary Clinton con el “bullying”

Luego de concluida la Convención Demócrata, se hizo oficial la selección de Hillary Clinton como la candidata oficial del partido que competirá por llegar a la Casa Blanca con Donald Trump. En el marco de la oficialización de su candidatura, Clinton mostró un pequeño documental donde contaba una experiencia personal de su infancia, que relataba uno de sus primeros encuentros con el bullying del que fue objeto cuando era una niña.

En el documental, Clinton cuenta que debido al peinado que le hacían cuando tenía alrededor de 4 años, muchos niños la molestaban, lo cual provocó que tuviera temor hacia quienes la fastidiaban de forma constante.

Un día, cuando sufrió uno de esos incidentes, corrió hacia su casa para esconderse, cuando fue detenida en la puerta por su propia madre. Esta le dijo, “en esta casa no hay espacio para los cobardes, así que regresa y mira cómo resolver este problema”.

La candidata contó que, para ella, esta acción de su madre tuvo efectos positivos en su vida, y ahora es candidata a la presidencia de la primera potencia del mundo.

Esta referencia de su pasado no ha sido muy bien recibida como ejemplar, por la mayoría de los expertos, según afirma Quartz en un artículo titulado ““There’s no room for cowards in this house”: Is forcing your child to face her bullies the best way to raise a future president?”.

Para estos, el bullying es un tema especialmente complicado porque es situacional. Esto significa que las personas reaccionan de forma diferente a los factores externos, por tanto, no se le puede recomendar lo mismo a dos niños para resolver el mismo problema.

Shelley Hymel, una psicóloga de la Universidad Británica de Columbia, dice que la estrategia empleada por la madre de Clinton funcionó, pero también pudo haber afectado psicológicamente más a la candidata presidencial, lo cual significa que fue muy riesgosa. Este tipo de tratamiento a situaciones similares puede derivar en que los niños que las sufrían se vuelvan “bullies”, opinó la psicóloga. Si un niño atemoriza a otro y le funciona, esto podría significar que este se convierta en el que moleste a otros.

Hymel junto con el Departamento Estadounidense de Salud y Servicios Humanos, coincidieron que una mejor forma de aproximarse al problema es llamar a un adulto para que intervenga. Esta suele ser una solución popular, tener a un adulto al costado mientras se llama la atención a los niños que intimidan a otros puede ayudar a que no vuelva a ocurrir.

Para Hymel y otros psicólogos del Departamento, el consejo de Hillary fue malo, y nadie debería decir a sus hijos que hagan eso ya que podría suceder cualquier cosa.

Felizmente, Clinton no reaccionó mal, así que Donald Trump tendrá quien le dé batalla por más bullying que le haga.