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La clave para decir adiós al estrés

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La diferencia del estrés que sufren los niños y los adultos es solo que este es provocado por circunstancias distintas en cada caso.
18 de agosto de 2016
Red star
Por qué es importante
La forma de evitar que ciertas situaciones nos afecten es modificando la forma en que interpretamos el estímulo negativo.

Más de uno debe haber escuchado que los niños no sufren de estrés; sin embargo, eso no sería tan exacto porque los niños pasan por situaciones de estrés que los afectan al igual que los adultos, pero de naturaleza distinta.

La llegada de un nuevo hermanito, una mudanza, el cambio de colegio, una nueva profesora, el inicio de una nueva actividad o deporte, o hasta una invitación a una fiesta. En estos casos, su estrés es provocado porque sienten que esos cambios o acontecimientos en su vida pueden implicar rechazo, o, que podrían no ser igualmente aceptados como se sienten en sus circunstancias actuales.

En el caso de los adultos el estrés llega con las responsabilidades. El trabajo dentro y fuera de casa, los hijos, la falta de tiempo para la pareja, el tráfico, las deudas, entre otros. Por eso, las personas empiezan a discutir, a  somatizar los problemas y, hasta a tener problemas de sueño. Para esos casos, un reciente artículo de Fortune titulado “How To Rewire Your Brain To Better Handle Stress” recomienda una forma de usar el estrés para potenciar la capacidad propia que puede funcionar para grandes y chicos.

Chris Myers, autor del artículo, confiesa que no es ajeno al estrés. Estuvo a cargo de una compañía por años y sabe lo que se siente que te llamen para decirte que no les interesa lo que estás vendiendo. Por ello, en un inicio solía tomarse unas vacaciones de vez en cuando para dedicarse a meditar y a otras técnicas de relajación para poder retomar su trabajo. Sin embargo, estas no eran soluciones definitivas.

Luego de investigar un poco el cerebro, se dio cuenta que este no era más que un sinfín de conexiones y descubrió que existen métodos para rehacer las conexiones de tal forma que la forma de procesar las situaciones de estrés sea diferente.

Por ejemplo, al recibir una llamada negativa del trabajo, nuestro corazón se acelera, se nos forma un nudo en la garganta, y luego pensamos en lo peor, incluso que podríamos perder el empleo. En otras palabras, reaccionamos frente a un estímulo exterior, lo cual causa una serie de reacciones internas.

Esto significa que la forma de evitar que ciertas situaciones nos afecten es modificando la forma en que interpretamos el estímulo negativo. Si se toma la llamada negativa del trabajo como una oportunidad de mejorar, con eso se evita que dichos sucesos terminen por afectar nuestra salud emocional.

En el caso de los niños ocurre lo mismo. Los padres pueden explicarles las cosas de una manera positiva. Una mudanza no debe significar la pérdida de amigos, sino la oportunidad de conocer a nuevos; o, un nuevo hermanito no tiene que ser percibido como alguien que llega a quitarnos el lugar en el corazón de nuestros padres, sino la llegada de un compañero de juego.

Esa es la clave para lidiar con el estrés, si la aprenden de niños, su vida tendrá menos problemas.