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La harina de pescado en Africa

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En los últimos años se han creado 12 plantas de harina de pescado en Senegal y 28 en Mauritania.
20 de septiembre de 2016
Red star
Por qué es importante
El precio que hay que pagar por el pescado en el puerto ha aumentado desde que se construyeron las fábricas de harina de pescado a lo largo de la Costa de Senegal.

Un reciente artículo de The Independent, titulado How vital fish stocks in Africa are being stolen from human mouths to feed pigs and chickens on Western factory farms, da cuenta de un problema que se está hacienda recurrente en varios países de África, donde el pescado está dejando de ser alimento para la población y pasando a ser comida de cerdos y pollos en las granjas de países industriales.

Senegal, Mauritania y Marruecos están siendo testigos de la forma en que los peces de sus mares están siendo capturados por compañías en su mayoría extranjeras que procesan ese pescado en forma de harina a lo largo de la Costa de estos países.

Y es que estas empresas saben que los mares de estos países son ricos en sardina y arenque que sirven para la harina de pescado que luego se exporta para producir alimento para animales de granja.

Esto que la población considera una amenaza a sus medios de vida, está sucediendo porque se ha elevado el consumo de carne, y en consecuencia, la demanda de carne barata en todo el mundo, lo que ha disparado la demanda de harina y aceite de pescado. Por ello, además de lo que provee Perú y Chile procedente de la anchoveta, ahora muchas empresas están orientando su atención a nuevas poblaciones de peces ricos en Omega 3.

Los propios supermercados de estos países africanos están llenos de carne y pescados (salmón, pollo y cerdo) criados con una dieta que incluye alimentos en base a harina y aceite de pescado en un 60%.

El problema particular que tiene África con esta tendencia es que son países propensos a sufrir de sequías y la gente necesita comer sardinas.

Precisamente, el artículo cita a Mariane Tening Ndiaye, una comerciante de pescado y presidenta de la asociación de pescadores, quien advierte que Senegal no tiene oro, gasolina o diamantes, sino solo el mar, por lo que quedarse sin su fuente de empleo o de vida, significa dejar a sus familias sin alimento.

Y es que tienen que competir por el pescado, dado que el precio que hay que pagar por este en el puerto ha aumentado desde que se construyeron las casi 12 fábricas de harina de pescado a lo largo de la Costa de Senegal.

Un científico pesquero de Senegal, el doctor Alessane Samba, dice que para entender el drama que hoy vive Senegal alrededor de este tema, hay que saber que una familia promedio come carne dos veces al año, y el resto del tiempo consume pescado, lo cual significa que al encarecerse o escasear este, la población se quede sin su principal fuente de vida.

Para Samba, conocer el precio al que se vende el pescado todos los días es una forma de comprobar el impacto de las capturas para la harina de pescado: el precio del pescado aumenta todos los días. Además, la biomasa está en caída libre.

Y lo mismo ocurre con Mauritania, donde ya tienen 28 plantas de harina de pescado, con otra docena en construcción, listas para capturar toda la sardina que puedan de esta zona de África Occidental, mientras su población tiene hambre.