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Las epidemias y las prácticas ancestrales

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La civilización occidental suele pensar que la forma en que hace las cosas es mejor que la de quienes no forman parte de ella.
22 de septiembre de 2016
Red star
Por qué es importante
Paul Richards cree que la falta de “desarrollo” no hace que un grupo humano sea inútil, idea que muchas veces se tiene incorrectamente.

La civilización occidental, entendida como un sistema que comparte un sistema social, cultural y económico similar, y todo lo que esta simboliza muchas veces nos hace pensar que la forma en la que hacemos las cosas es mejor que la de los que piensan distinto. ¿Esto que quiere decir? Que la tecnología, ciencia, protocolos y demás creaciones del mundo “civilizado” nos hacen ver al resto de humanos que viven bajo costumbres ancestrales o tradicionales, como seres inferiores y necesitados de cuidado.

Esto no es algo reciente, este fenómeno se puede observar desde que los españoles llegaron a Perú y veían a sus habitantes como salvajes, por más que eran una civilización sumamente poderosa. Ejemplos similares se pueden ver el día de hoy.

Uno de ellos, se ha observado con la epidemia de Ébola en África que demostró que la ciencia o medicina occidental no siempre es la mejor ni la más indicada para resolver crisis, aunque creamos que es así, explica el artículo de The Economist, titulado, “Best practice”.

El Ébola fue visto por el mundo como un problema que debía ser resuelto. Actuando, de forma lógica, las Naciones Unidas y otros países y entidades, enviaron ayuda a África inmediatamente. El problema surgió una vez que esta llegó, ya que para el pensamiento occidental era obvio y lógico deshacerse de los cuerpos de los fallecidos, ya que hacían que la epidemia se expanda. Sin embargo, para los pobladores locales, esto era una falta gravísima a su cultura y prosiguieron con sus entierros tradicionales, lo cual hizo que el virus se expanda.

Esto que causó malestar al mundo occidental fue criticado y cuestionado, antes que comprendido y explicado. Felizmente, la población rápidamente se dio cuenta que enterrar a sus muertos de forma tradicional les traía problemas, por lo que modificaron los ritos para evitar que el virus se siga expandiendo.

De esta forma, sin requerir de maquinaria sofisticada, fórmulas, vacunas, medicamentos ni nada de eso, los pobladores rurales africanos combatieron el Ébola. Todo esto, aparentemente valida la tesis que propone Paul Richards, un antropólogo británico, quien postula que la falta de “desarrollo” no hace que un grupo humano sea inútil, idea que muchas veces se tiene incorrectamente.

Sin embargo, su trabajo presenta pocas pruebas y podría interpretarse de una forma más poética. No obstante, hace reflexionar sobre la importancia del respeto de las tradiciones y el trabajo en equipo con la medicina convencional para enfrentar una epidemia.