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India y la incorporación de la mujer al trabajo

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En 2012, 205 millones de mujeres entre 15 y 60 años, se dedicaban a las labores del hogar.
27 de septiembre de 2016
Red star
Por qué es importante
El lado más oscuro es que su alternativa de trabajo puede llegar a enajenarlas casi de la misma manera que lo haría un matrimonio forzado.

Un reciente artículo de New York Time, titulado Rural Indian Girls Chase Big-City Dreams, llama la atención sobre lo que está ocurriendo con las niñas de la India que viajan de las zonas rurales a la ciudad, en busca de sus sueños y pasan de la reclusión a la que son sometidas culturalmente hasta que llegan a los matrimonios arreglados, a la que se deriva del trabajo en las fábricas de confecciones de afamadas marcas.

Se trata de un experimento que permite que niñas que provienen de zonas remotas lleguen a ciudades como Bangalore para complementar la mano de obra que falta en las fábricas. En su nueva vida, se tienen que levantar al amanecer para trabajar produciendo 100 piezas por hora, lo cual significa que casi no pueden levantar la vista de la máquina.

Esto es toda una novedad, si se tiene en cuenta que en 2012, el gobierno midió que hacen las mujeres y encontró que 205 millones de mujeres, entre 15 y 60 años, se dedican a las tareas domésticas.

Los economistas que ya están analizando el impacto que puede tener la incorporación de la mujer a las actividades económicas, señalan que si esto se convierte en una tendencia y la tasa de empleo femenino se equipara a la del masculino, el PBI del país se expandiría hasta llegar a un 27%, según sugiere el artículo.

Por ahora, esta experiencia con niñas de zonas rurales, es un caso aislado, debido a que en la mayoría de estos lugares el patrón cultural manda que las niñas permanezcan en reclusión hasta que puedan ser parte de un matrimonio arreglado.

Para estas niñas, todo es una novedad, y se sienten privilegiadas de poder trabajar, porque las hace sentirse más independientes y forman parte de una estadística que las convierte en las primeras mujeres solteras que trabajan.

Es probable que en lo más profundo de sus corazones aguarde la esperanza que esta experiencia que están viviendo, les permita sustraerse a los matrimonios arreglados contra los cuales ninguna mujer antes ha podido luchar.

Ese es el lado bueno de la historia. El lado más oscuro es que su alternativa de trabajo puede llegar a enajenarlas casi de la misma manera que lo haría un matrimonio forzado.

Hay un mundo de cosas que cambiar en muchos países para reducir las brechas entre mujeres y hombres.