Miedo a los payasos

Aunque para muchos los payasos son símbolo de comicidad, hay mucha gente que les tiene un miedo que puede llegar a convertirse en una fobia (coulrofobia), casi algo patológico con todo lo relacionado con el mundo de los payasos que puede provocar ansiedad, temblores, problemas de respiración y hasta taquicardia.

Lo que pocos sabían es que este temor a los payasos tiene una explicación en las teorías de Sigmund Freud. Precisamente, este hizo un ensayo titulado The Uncanny, cuya traducción es lo contrario a familiar, más bien misterioso.

Probablemente, tiene que ver con el hecho que se trata de una caracterización casi humana, de un personaje que no llega a ser un zombie, pero que con todo el maquillaje añadido para crear el personaje, se convierte en una criatura horripilante, según afirma un artículo de Quartz, titulado Freudian theory, now backed up by neuroscience, explains why so many people have an innate fear of clowns.

Y es que para Freud, el hecho de ser misterioso, es solo la otra cara de familiar, es decir, como una subespecie.

Esto significa, en otras palabras, que el hecho que para algunas personas algo resulte horripilante tiene que ver con recuerdos infantiles. Eso que nos parece un misterio, es porque precisamente está en nuestra memoria y lo reconocemos en alguna dimensión de lo familiar.

Cuando se observe a alguien que reaccione negativamente frente a un payaso porque lo percibe de forma desagradable, esto tendría que ver con que está evocando algo de su pasado que le suena sumamente familiar.

Un personaje con una nariz grande, vestido de forma estrafalaria y con unos inmensos zapatos representa algo de nuestro pasado que definitivamente nos provoca una reacción negativa en nuestro inconsciente. Esto para Freud tiene que ver con la distorsión de la imagen de una persona, aunque todavía está allí.

Más que racional, es algo instintivo.

La teorías de Freud tienen bastantes detractores, pero todo indica que en lo que respecta a este tipo de fobias, este tenía razón y hoy la neurociencia está respaldando sus ideas.

Así que la próxima vez que veamos a un adulto reaccionar negativamente frente a un payaso, no pensemos que tiene que ver con alguna mala experiencia con alguna película de terror, sino probablemente con alguna experiencia de su infancia en la que tuvo que enfrentarse con la imagen distorsionada de un ser humano, representada en un payaso.