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No a los antiácidos durante el embarazo

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El asma es una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en niños.
10 de enero de 2017
Red star
Por qué es importante
En el caso de molestias menores como el reflujo estomacal es preferible ingerir remedios naturales, siempre con la supervisión de su médico.

Tener buenos hábitos alimenticios no solo implica una dieta balanceada, sino también masticar entre 15 y 20 veces cada bocado, evitar beber al comer, así como consumir platillos copiosos y con exceso de grasas. Estos simples cuidados pueden prevenir la piriosis, molestia mejor conocida como “acidez” y caracterizada por una sensación de dolor o quemazón en el esófago. Sin embargo, mientras para la mayoría de las personas el reflujo puede ser evitado con ciertos cuidados alimenticios, las mujeres gestantes lo experimentan con frecuencia sin poder impedirlo.

Ante un episodio de piriosis se recomienda tomar una dosis de antiácidos o antihistamínicos, tratamiento que no se restringe para mujeres embarazadas por considerarse inocuo. No obstante, un equipo de investigadores de University of Edinburgh (Escocia) y University of Tampere (Finlandia) han llevado a cabo un importante estudio, según el cual podría existir un vínculo entre la ingesta de medicamentos para el reflujo estomacal durante el embarazo y el desarrollo de asma en niños. The Telegraph informa al respecto en su reciente artículo “Heartburn drugs for pregnant mothers linked to baby asthma” que es el que ha motivado esta nota.

Durante la etapa de gestación, la mujer experimenta grandes cambios hormonales que, sumados a la presión estomacal que produce el desarrollo del feto, pueden causar incómodos episodios de acidez. Sin embargo, recurrir a medicinas químicas podría no ser la mejor solución.

El estudio realizado evaluó a 1.3 millones de niños cuyas madres consumieron medicamentos para contrarrestar la acidez durante la etapa de gestación. Los análisis practicados presentan evidencia que podría desmentir la idea de que los receptores H2, fármacos empleados contra el reflujo estomacal, no afectan al desarrollo del feto. Por el contrario, las madres que los usan estarían incrementando al menos en un tercio las posibilidades de que su hijo padezca de asma en el futuro. Sin embargo, afirmar que los resultados son conclusivos sería un error. Los investigadores indican que el vínculo no es definitivo, pero que los estudios los estarían direccionando hacia algo que requiere mayor investigación. “Se requiere llevar a cabo más estudios para encontrar la causa real del asma”.

Hay que recordar que a nivel mundial existen más de 235 millones de de pacientes con esta enfermedad, la cual tiene una importante prevalencia crónica en niños, según datos de la Organización Mundial de la Salud.