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WikiLeaks y el indulto para Manning

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Manning filtró alrededor de 750 mil documentos confidenciales.
19 de enero de 2017
Red star
Por qué es importante
Los detractores de la medida consideran que otros criminales podría alegar la misma excusa que Manning para liberarse de la cárcel.

En 2010, Bradley Edward Manning, oficial y analista de inteligencia del ejército de los Estados Unidos, fue detenido por el comando de Investigación Criminal, acusado de haber filtrado alrededor de 750 mil documentos confidenciales referentes a las guerras de Iraq y Afganistán, publicados en Wikileaks. Luego de 3 años de prisión provisional, en 2013 fue condenado a 35 años de prisión y a ser expulsado del ejército por deshonor.

Un día después de su sentencia, Manning declaró públicamente ser una mujer transexual y su deseo de iniciar un tratamiento hormonal para modificar su cuerpo. En 2014 pasó a llamarse oficialmente Chelsea Elizabeth Manning. Desde ese momento se ha convertido en una imagen representativa para muchas agrupaciones, incluido el American Civil Liberties Union (ACLU, organización defensora de los derechos individuales y libertades de ciudadanos americanos) y distintos grupos LGTBI, quienes exigían que se le indultara la pena a Manning alegando que habría intentado suicidarse debido a las circunstancias en las que se le tiene prisionera.

Tal parece que los esfuerzos han rendido frutos, ya que esta semana el presidente Barack Obama firmó los documentos para la conmutación de sentencia de Manning. Esta decisión es aplaudida por muchos, pero condenada por otros tantos quienes afirman que se estaría sentando un mal precedente en la justicia norteamericana, afirma de Wall Street Journal en su artículo “Politically correct clemency”, sobre el que se basa esta nota.

Los archivos filtrados por Manning contenían información sumamente delicada como conversaciones entre diplomáticos estadounidenses y líderes de oposición de regímenes represivos, como Morgan Tsvangirai, ex primer ministro de Zimbabue, a quien se le investigó después de la publicación de los documentos por “conspiración y traición entre zimbabuenses y el agresivo mundo”, en palabras el Fiscal General de Zimbabue. Así mismo, hizo públicos datos de informantes afganos que trabajaban para Estados Unidos contra el Talibán, poniendo en riesgo la vida de esas personas.

Gran parte de los ciudadanos norteamericanos, así como autoridades y personalidades importantes, consideran a Manning como una traidora. La propia Hillary Clinton, Secretaria de Estado de aquel entonces, calificó la filtración de los documentos como “un ataque a la política exterior de América” que ponía en riesgo la vida de muchas personas. Sin embargo, existe un amplia cantidad de agrupaciones que simpatizan con la causa de Manning y consideran justo y necesario que se le brinde un mejor trato y la oportunidad de continuar su tratamiento con mayor supervisión médica y cuidados.

La decisión del presidente Obama significa un paso en falso para aquellos que se oponen al perdón de Manning, en la medida que consideran que se estaría dejando un precedente para que otros criminales aleguen tener una opción distinta de género o alguna otra condición para quedar impune de todo delito, incluso traición a la patria.

Tales críticas pueden resultar controvertidas, pero nos resultan familiares a los peruanos, en la medida que se trata de personas que más allá de cualquier condición cometieron delitos por los que muchos esperan que sean condenados.