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Los “cíborgs” de Epicenter

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Un total de 150 empleados de Epicenter ya se implantaron el chip.
05 de abril de 2017
Red star
Por qué es importante
El dispositivo genera controversia por la privacidad de quien acepta llevarlo.

Mientras en el Perú, aun no logramos implementar grilletes electrónicos para los presos a los que se les otorga el beneficio de la prisión domiciliaria, en otros países ya se inyectan microchip en las manos de empleados para que puedan transitar por las instalaciones de una corporación empresarial, usar equipos de oficina (impresoras, copiadoras) o hasta comprar productos en el comedor de la empresa con tan solo mover la mano.

Precisamente, acaba de hacerse conocido que la empresa sueca Epicenter ha colocado chips a 150 empleados de 2000 (tiene ya 150 cíborgs), quienes ahora no necesitan portar llaves o tarjetas para poder acceder a ciertas áreas, sino que abren puertas y usan su crédito de impresión con el movimiento de su mano.

El chip se instala entre el pulgar y el índice. Tiene el tamaño de un grano de arroz y lo mejor de todo es que uno siempre lo lleva consigo, a diferencia de las tarjetas o llaves que las puede dejar olvidadas.

No se trata de una tecnología nueva (se trata de la tecnología NFC) porque ya se usa en mascotas y para rastrear embarques, pero nunca se había usado a escala para empleados de una compañía.

Como suele ocurrir con estas novedades, según da cuenta el artículo de Associated Press, titulado Firma Sueca coloca microchip a empleados, su implante genera controversia porque de alguna manera se invade la privacidad de quien acepta llevarlo, pero tiene como contrapartida la ventaja de que reemplaza otros elementos de identificación y comunicación.

Si bien en esencia son chips pequeños e inocuos para introducirlos bajo nuestra piel, sin aparentes efectos en la salud, es muy pronto para saber si en el largo plazo pueden tener algún efecto en la salud, como pronto para que exista una legislación que los regule.

El momento llegará cuando más empresas empiecen a usar estos dispositivos porque empleadores y trabajadores encuentran que tienen algún beneficio en sus rutinas de trabajo y tendrá que regularse el tipo de uso que los empleadores pueden dar a la información que proporcionan los chips.

En el caso particular de Epicenter los trabajadores que han aceptado introducirse los chips no parecen preocupados sino emocionados por ser parte de los primeros 150 cíborgs de la empresa.

Todo parece indicar que en países como el Perú esto tomará aún tiempo, y falta ver si los trabajadores tienen igual disposición que los de Epicenter para estas nuevas tecnologías.