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Los fracasos de la lucha contra el Alzheimer

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En los últimos 14 años no se registrado una nueva droga para luchar contra el Alzheimer en los EE.UU.
01 de febrero de 2018
Red star
Por qué es importante
Las dificultades de la lucha contra el Alzheimer tienen que ver con lo complicado que es el acceso al cerebro y lo difícil que resulta entender su funcionamiento.

Esa terrible enfermedad que roba la memoria, la habilidad y la personalidad a las personas parece hasta ahora infranqueable para el ser humano. Ni todo el dinero que invierten los  laboratorios farmacéuticos más experimentados en los países más avanzados del mundo ha logrado desarrollar una droga capaz de curar o al menos retrasar el avance de esta terrible enfermedad.

A principios de este año, Pfizer anunció que sus intentos por desarrollar una nueva droga para luchar con el Alzheimer y el Parkinson habían terminado y que por lo tanto iba dejar de hacerlo. Poco antes, Axovant Sciences había dado a conocer que la droga experimental que presentó en 2017 para ensayo, había fallado en el tratamiento de esta enfermedad. Algo similar ocurrió con otra droga experimental sobre la cual se dio a conocer en un journal.

Y precisamente eso es lo que se pregunta The Washington Post en un reciente artículo seleccionado, titulado Why coming up with a drug for Alzheimer ´s is so devilishly hard?, sobre el que se ha elaborado esta nota.

En los últimos 10 años, hay un archivo con unos 400 ensayos clínicos erráticos desde la última droga que fue aprobada, la cual solo trata síntomas de la enfermedad pero no mejora la condición de la misma.

De acuerdo a la FDA, hace 14 años que no se aprueba una nueva droga, así que lo que ocurrido con estos nuevos ensayos no es una novedad sino más de lo mismo.

La mayor dificultad que enfrentan estas investigaciones es que el cerebro no es de fácil acceso y funciona misteriosamente, por lo que los ensayos no se pueden repetir porque no necesariamente se obtienen los mismo resultados con las drogas y nadie sabe explicar las razones.

Los ensayos son costosos y largos porque hay que probar las drogas en pacientes en estadios iniciales y luego observar si el tratamiento previene o retrasa su progresión.

Por eso es una pésima noticia que Pfizer se aleje de los intentos de desarrollar una droga para esta enfermedad, aun cuando siga contribuyendo con un fondo para la investigación en la neurociencia.

Las cosas son más complicadas aun cuando los pacientes tienes otras enfermedades adicionales como las cardiovasculares, cáncer o SIDA.