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¿Son los workaholics pura finta?

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31% de los trabajadores hombres pretenden ser workaholics cuando no lo son.
07 de mayo de 2015
Red star
Por qué es importante
Para las empresas importa más cuánto produce un trabajador que cuántas horas trabaja.

En muchas empresas de Lima (y, por supuesto, del resto del mundo), salir del trabajo a las 6 de la tarde es visto como una señal de debilidad, de falta de compromiso con la empresa e incluso de bajo esfuerzo. Dichos empleadores preferirían el tipo de devoción y dedicación compatible con un trabajo las 24 horas del días y los 365 días del año que prácticamente es incompatible con un ritmo de vida familia - trabajo balanceado. 

Por mantener el empleo, muchas personas hacen sacrificios tales como viajar por las noches para trabajar en ciudades distintas durante toda la semana, contestar llamadas los feriados o fines de semana, o trabajar desde muy temprano y hasta altas horas de la noche. Como resultado de ello, sus semanas de trabajo, en lugar de tener 40 horas, tienen 60 ú 80 horas. Estos trabajadores suelen ser conocidos como los super héroes del trabajo. Con frecuencia, estos son los que reciben los halagos, los reconocimientos y promociones y, por supuesto, los aumentos de sueldo (cuando los hay).

Hay quienes, por el contrario, prefieren poner los puntos sobre las íes y marcar una línea que divida lo personal y familiar de lo laboral. Este grupo es predominantemente conformado por mujeres con hijos que consideran que lo apropiado es fijar reglas claras que puedan cumplir y que no afecten ninguno de ambos aspectos de su vida. Típicamente, las empresas, si bien ofrecen las facilidades a este grupo, no consideran a los empleados que pertenecen a él como suficientemente leales o comprometidos y, por ende, no los suelen tomar en cuenta para encargos especiales, promociones o aumentos de sueldo, por muy eficientes que sean en el tiempo que le dedican al  trabajo.

Hasta hace muy poco, estos eran los tipos de trabajadores que uno creía que existían con más frecuencia en las empresas (los workaholics y los relajados—o con otras prioridades). Sin embargo, un estudio reciente de la investigadora de la Universidad de Boston, Erin Reid, identificó un tercer grupo de trabajadores: los "finteros". Reid hizo este hallazgo realizando 100 entrevistas a profundidad con el personal de una empresa consultora de gran prestigio en Estados Unidos.  

El grupo de “finteros” está compuesto por trabajadores (31% del total de hombres entrevistados y 11% del total de mujeres entrevistadas) que pretenden ser workaholics pero que realizan todos los arreglos necesarios para tener un adecuado balance entre su vida personal y laboral. De cara a sus empleadores, son super héroes que trabajan sin descanso, que nunca le dicen que no al cliente y que no tienen ninguna duda para poner a la empresa sobre cualquier otro compromiso personal. Sin embargo, en la práctica, primero están ellos y su familia y después está el trabajo. Gracias a las prácticas informales que utilizan para manejar su carga laboral, este grupo de empleadores con frecuencia alcanza los mismos (o más) halagos, reconocimientos, promociones y aumentos de suelto que los verdaderos workaholics.

El hallazgo de Reid debería motivar la reflexión de los empleadores al menos en dos aspectos:

  • Las señales equivocadas sobre los tipos de comportamientos que son valorados y premiados en una organización pueden promover la aparición de prácticas informales poco transparentes de parte de los empleados. Una empresa no debería tener una cultura que promueva el engaño de parte de los trabajadores.
  • Al privilegiar los ritmos de trabajo 24/7 o de conectividad permanente no se toma en cuenta el aspecto más relevante del uso e intensidad del recurso humano en una empresa: la productividad. Además, también al hacerlo se afecta el ambiente laboral y la sensación de pertenencia de los trabajadores.

Si desea leer más sobre este tema puede consultar el artículo de Erin Reid en el Harvard Business Review.