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Somos perezosos por naturaleza

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LOS SERES HUMANOS PREFERIMOS MINIMIZAR NUESTROS MOVIMIENTOS PARA DOSIFICAR NUESTRA ENERGÍAS.
15 de septiembre de 2015
Red star
Por qué es importante
Los orígenes fisiológicos de la pereza hasta hace muy poco no se habían analizado.

Un reciente estudio denominado Humans Can Continuously Optimize Energetic Cost during Walking, elaborado por los investigadores canadienses Jessica Slinger, Shwan O´Connor, Jeremy Wong y Maxwell Doneland, acaba de demostrar que el ser humano es perezoso por naturaleza porque de alguna manera su cerebro está programado para minimizar el uso de energía para caminar. Sin embargo, quizás lo más valioso de estudio es que probablemente esa búsqueda de evitar la fatiga a la hora de caminar se puede aplicar a todos los movimientos humanos.

La bondad del estudio es que las teorías anteriores se centraban en que los cambios hacia patrones más optimos habían sido resultado de cambios en la forma del cuerpo, la acción de los músculos y su interacción con los circuitos neuronales. En cambio, esta tesis señala que la búsqueda de optimización de energía se produce durante el transcurso de toda la vida.

Las personas prefieren moverse de forma que minimicen la energía que usan. Por ejemplo, la gente camina a la velocidad en la cual reducen la energía que usan por unidad de distancia y para ello seleccionan el ritmo del paso para que les cueste menos. Lo que el estudio no dice es si el proceso se realiza en tiempo real o más bien es el resultado de la experiencia.

Así que cuando don Jaimito, el personaje del Chavo del Ocho, decía que quería evitar la fatiga, lo que estaba tratando de explicar es que su sistema nervioso lo estaba impulsando a hacer la menor cantidad de movimientos y por lo tanto usar la menor cantidad de energía.

El propio sistema nervioso es el que impulsa a que las personas cambien los movimientos que están haciendo mientras se mueven para gastar la menor cantidad de energía.

Si bien el estudio se centra en el análisis de los costos energéticos mientras las personas caminan y los cambios en las características de la forma en que lo hacen, la tesis de los investigadores es que se podría aplicar a cualquier movimiento que realizan los seres humanos y que eso es consistente con el hecho de que las personas preferimos hacer las cosas con el mínimo esfuerzo.

Para realizar el estudio, los investigadores usaron exoesqueletos robóticos para cambiar los ritmos de paso y luego observar que las personas lo adaptaron en unos pocos minutos para buscar el nivel optimo que les permita los ahorros energéticos deseados.

En el imperio de los Incas habían tres reglas de convivencia que se exigían a la sociedad: Ama Sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama Kella (no seas perezoso). Los resultados del estudio presentado indican que al menos una de estas tres reglas era difícil de cumplir por la naturaleza humana.