Steve Jobs: el símbolo del capitalismo

Un reciente estudio de Thomas Streeter, sociólogo de la Universidad de Vemont en Estados Unidos, publicado en el International Journal of Communication, plantea que los americanos están obsesionados con Steve Jobs y que esa obsesión tiene que ver con un asunto cultural antes que con él mismo.

Este análisis coincide con el estreno de la nueva película sobre su vida que ha generado tantos detractores entre los que lo conocieron como sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. De acuerdo a este estudio, si bien sus innovaciones en la tecnología han sido importantes, existen otros casos de gente con innovaciones fundamentales sobre la que no se hacen películas ni se escriben tantos libros.

La razón que explica el uso de su figura como hombre exitoso de negocios pero arrogante y pésimo en las relaciones humanas, está en la cultura americana que ama las historias como las de personajes como Jobs que vive sin que le importen los convencionalismos, lucha por sus pasiones y se vuelve rico haciendo eso.

Para este sociólogo, la reiterada exposición de su vida y la atención que se le presta tiene que ver con el deseo de la maquinaria capitalista de mostrar a las corporaciones, los mercados y la propiedad a partir de una historia individualista romántica  y algo más moral. Jobs ha permitido ponerle un rostro al capitalismo corporativo idealizado, el cual en su momento fue recreado con las historias de Jack Welch y Richard Branson.

De acuerdo a esto, la versión de la vida de Jobs ofrece una historia en la que uno se puede imaginar un capitalismo con integridad, un capitalismo donde la propia vida interior con defectos y pasiones son apreciados y conducen a buenas cosas. Su vida atrae porque contrariamente al típico manipulador de Wall Street, Jobs es un héroe emprendedor creativo que tuvo éxito por seguir su pasión interior, por ser auténtico a su ser interior.

Streeter señala que cuando pase toda esta estrategia de posicionamiento, Jobs, ocupará el lugar que le corresponde en la historia del desarrollo de la informática; o, como señala la periodista Martha Nichols, será comparado con Coco Chanel, porque logró convertir su historia de vida en parte de su marca.

También sugiere a los americanos, mientras siguen proyectando en Jobs su el anhelo de autenticidad y el deseo de vivir una vida que tiene tanto de integridad como de recompensas, que no olviden que detrás del iPhone están las cientos de mujeres que trabajan en China por salarios bajos y los millones de códigos informáticos que han sido elaborados por ingenieros programadores alrededor del mundo.