Logo oe

La desigualdad de las empresas

Larger antitrust
Arrow red
EL RETORNO SOBRE LA INVERSIÓN DE LAS EMPRESA QUE MÁS GANAN DEL S&P500 FUE DE 99% EN 2014.
06 de noviembre de 2015
Red star
Por qué es importante
El debate sobre la desigualdad suele ser dominado por discusiones sobre los ingresos individuales, en lugar de enfocarlo en los de las empresas.

Cuando se habla de desigualdad, lo primero que se viene a la mente es la desigualdad del ingreso de las personas. Para remediarla, se plantean políticas públicas de distinto tipo que ya hemos discutido en notas anteriores. Sin embargo, de lo que se habla muy poco es de la desigualdad que existe entre las empresas.

De hecho, la desigualdad del ingreso de las personas, tiene detrás una fuente que provee esos ingresos. A veces es el Estado y a veces es una empresa privada (formal o informal). Mientras más grandes y rentables son las empresas, los salarios que pagan son mejores. Esta realidad ha llamado la atención de diversos investigadores, quienes han concluido que el principal mecanismo generador de desigualdad en los salarios no es la brecha entre el ingreso del que más gana y el que menos gana en una misma empresa, sino la brecha que existe entre las ganancias de las empresas que más y menos ganan. Estas ganancias son las que se terminan luego distribuyendo entre los trabajadores y generando la desigualdad de los ingresos de los trabajadores. Por ejemplo, Peter Orszag y Jason Furman,  exdirector de presupuesto y actual presidente del Council of Economic Advisors del Presidente Obama, encontraron que las empresas que ganan más del S&P 500 (las del 10% con mayores utilidades) generaron retornos al capital invertido de 99% en 2014, cifra muy superior al 22% que registraban en 1982. Para la compañía con rentabilidad promedio, el retorno al capital solo se había incrementado de 9% a 16% en este mismo lapso y para las compañías con rentabilidades más bajas, el retorno se había mantenido en 6%. 

Si este razonamiento es el correcto, entonces las políticas que promueven los salarios mínimos y la educación no serían suficientes para reducir las brechas de ingreso sino que deberían complementarse con políticas que promuevan la competencia entre empresas y que regulen los monopolios.

Por supuesto que sería muy injusto confundir la rentabilidad alta, resultado de la innovación tecnológica en una industria determinada, con una extracción de rentas desmesurada perpetrada gracias al abuso de cierto poder de mercado. Es precisamente por ello que se requieren políticas de regulación de la competencia modernas que no impidan el ingreso y la operación en igualdad de condiciones en el mercado de los nuevos competidores. Aunque no lo parezca, entonces, las políticas de competencia podrían, además de proteger al consumidor, ayudar a reducir la desigualdad de ingresos en la economía.