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Compre una vivienda de lujo y ayude a una familia sin hogar

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Una vivienda social puede costar desde USD 2500. World Housing está logrando cambiar vidas usando el modelo “one for one”.
03 de diciembre de 2015
Red star
Por qué es importante
La posibilidad de tener un techo seguro y caliente probablemente sea una de las cosas que más impacta en la vida de una familia pobre.

Imagine que por cada casa maravillosa que se construye en una playa en el litoral del Perú, se entregue una pequeña vivienda de material adecuado, seguro y caliente para una familia en un distrito pobre del Perú.

Esa es la esencia de una iniciativa de los fundadores de World Housing, Peter Dupuis y Sid Landolt, que nos contaba hace unos días FastCoExist, quienes además de tener un negocio exitoso de bienes raíces de lujo, han optado por aplicar el sistema “one for one” para construir vivienda popular en los barrios más pobres de Camboya y hacia futuro en Filipinas donde entrarían a trabajar en un vertedero donde viven unas 300 mil personas en chabolas.

El sistema “one for one” (compre uno, de uno) es una creación de Tom Blake, fundador de Blake Mycoskie, que ha logrado que varias empresas empiecen a vender productos que tienen un componente de donaciones caritativas.

Los fundadores de World Housing evaluaron la viabilidad financiera de ofrecer condominios de lujo vinculados a la construcción de viviendas en el mundo en desarrollo y llegaron a la conclusión de que sí era posible financiar la construcción de viviendas sencillas de USD 2500 hasta USD 5000, con parte del dinero de los presupuestos de marketing de los desarrolladores de condominios de lujo, a cambio de una certificación de World Housing.

Para ello, se unieron con las ONG que trabajan con los recicladores de Phnom Penh en Camboya, donde encontraron al Cambodian Children's Fund que había construido un modelo de casa en una escuela y estaba tratando de financiar más casas. Ahora construyen 40 casas al mes en dos fábricas donde trabaja la misma gente de la comunidad, las cuales terminan formando parte de un barrio más grande con parque y otras áreas comunes.

El dinero provino de un primer condominio de 52 pisos en Vancouver. Actualmente, hay más obras en Hawai, Taipei y San Diego, a partir de las cuales se podrían construir nuevas viviendas populares. Todos estos condominios contrastan por su lujo con las sencillas viviendas que se construyen en Camboya y Filipinas.

Dupuis and Sid Landolt han descubierto que los compradores de las lujosas viviendas, encuentran como un valor añadido la posibilidad de hacer el bien.

El desafío que tienen ahora es lograr controlar la calidad de las viviendas sociales que están entregando que han llegado a las 2000 mil y que esperan sean 30 mil al 2020.

Si pudieras, ¿te apuntarías?