El panorama económico para América Latina es sombrío

11 de mayo de 2015
  • El FMI redujo significativamente las proyecciones de crecimiento para América Latina. Difícilmente la región recuperará el alto dinamismo de años anteriores en el corto plazo. Mientras tanto, los expertos recomiendan "austeridad inteligente" e "inversiones socialmente productivas".

Probablemente el aspecto que más resaltó de la actualización de las proyecciones macroeconómicas del Fondo Monetario Internacional en la publicación "Panorama Económico Mundial" fue la corrección a la baja de los estimados de crecimiento para América Latina: para el 2015, se espera un crecimiento de 0.9% y para 2016 uno de 3%.

El Ministro Segura no falta a la verdad cuando señala que Perú será el país con mayor crecimiento en la región pues es muy probable que lo sea. Aún así, la proyección de crecimiento del FMI para Perú en 2015 parece todavía bastante elevada (3.8%). Según los estimados de Proexpansión, el crecimiento en el presente año con las justas llegaría a 3%.

Mientras América Latina la pasará mal, los países de Asia y Europa emergentes crecerán 5 y 2 veces más rápido, respectivamente (6.6% y 2.9%). ¿Por qué será tan golpeada América Latina?

  • En primer lugar, por la alta dependencia de la exportación de commodities, tema de conversación tabú cuando los precios internacionales son altos. Una economía crece a través de cuatro motores: inversión privada, exportaciones netas, gasto público y consumo privado. Cuando la mayor parte de las exportaciones de un país son commodities, los proyectos de inversión suelen estar vinculados a los sectores extractivos. Cuando los precios internacionales caen, los proyecto de inversión se postergan y las exportaciones se ven afectadas. Cuando esto pasa, los impuestos recaudados por los gobiernos de estas actividades también se ven reducidos y, como resultado de ello, las posibilidades de una política fiscal expansiva se ven limitadas. Con un menor gasto de las empresas y el gobierno, los consumidores tienen menos empleo e ingresos y con ello el consumo privado también se desacelera.
  • En segundo lugar, porque el incremento de las tasas de interés internacionales ejercerá presión sobre los países con alto endeudamiento pues el costo del servicio de la deuda se incrementará y ello le impedirá a los gobiernos adoptar políticas fiscales contracíclicas.
  • En tercer lugar, porque las mayores tasas de interés internacionales acelerarán la salida de capitales de los países emergentes, lo cual generará presiones hacia la depreciación de las monedas (subida del tipo de cambio). De hecho, la salida neta de capitales en los 15 mercados emergentes más grandes del mundo, entre el tercer trimestre de 2014 y el primero de 2015 (US$600.1 miles de millones), fue superior a la registrada entre el tercer trimestre de 2008 y el primero de 2009 (US$545.2 miles de millones). Este hecho por un lado refleja el mayor riesgo de la región pero, por otro lado, constituye una corrección respecto del masivo ingreso de capitales que se produjo a los países emergentes tras el relajamiento de la política monetaria que siguió a la crisis financiera: entre julio de 2009 y fines del segundo trimestre de 2014, cerca de US$2.2 trillones ingresaron a los países emergentes.

Todos estos temas fueron tratados en la última reunión del World Economic Forum para América Latina, cuyos paneles se pueden ver online. El gran ausente de este reunión fue el excesivo optimismo de reuniones anteriores: atrás quedaron los días de los precios altos de los commodities, las tasas de interés bajas y la demanda aparentemente insaciable de China. Los dos temas de discusión que dominaron la reunión fueron la necesidad de que los países adopten una "austeridad inteligente" que les permita hacer "inversiones socialmente productivas". Lamentablemente, el consenso respecto del futuro del crecimiento en América Latina es que por un período prolongado no podrá ser lo dinámico que uno quisiera. Estamos avisados. 



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