¿Apoyarán los jóvenes opciones radicales en las elecciones de 2016?
- El interés de los jóvenes por la política se incrementa durante los períodos de crisis económica.
- Los tres sentimientos más comunes de los jóvenes hacia la política son indignación, desconfianza, impotencia y preocupación.
- Esta desazón con la política está motivando el surgimiento de partidos políticos nuevos, algunos de corte radical, que ya han puesto en jaque al sistema político tradicional en diversos lugares del mundo.
Los hallazgos de un reciente estudio realizado por el Centro Sofía sobre Adolescencia y Juventud de España, titulado Política e internet. Una lectura desde los jóvenes (y desde la red), podrían ser de mucha utilidad para entender cómo las actitudes de los jóvenes hacia la política cambian en contextos de desaceleración. Esto es particularmente importante para un país como el Perú próximo a iniciar un proceso electoral presidencial y recientemente sacudido por las protestas juveniles sobre la ley Pulpín.
Los principales hallazgos del estudio son tres:
- Primero, hace 2008, cuando todo iba bien en España, solo 27% de los jóvenes decía estar muy o bastante interesado en la política. Hoy, luego de haber sido golpeados por una de las peores crisis de su historia reciente, esta cifra se ha elevado al 41%.
- Segundo, mayor interés no quiere decir actitud positiva. De hecho los cuatro sentimientos que la política le inspiran a los jóvenes son indignación (53.9%), desconfianza (52.1%), impotencia (47.7%) y preocupación (38.4%). Cualquier parecido con la realidad de Perú es pura coincidencia. Además, 8 de cada 10 jóvenes creen que a los partidos políticos tradicionales solo les interesa conseguir su voto y no su opinión.
- Tercero, el grupo más numeroso de jóvenes es aquel de los “activistas politizados” (46%). Dentro de este grupo se encuentran quienes más apuestan por acciones de presión y persuasión. Están fuertemente ideologizados y usan internet como instrumento informativo y político. El grupo de “individualistas pasivos” (17%), aquellos que solo buscan su propio interés y prefieren mantenerse al margen de toda iniciativa colectiva es hoy el minoritario entre los jóvenes, a diferencia de años atrás.
En un escenario así no es de sorprender que hayan comenzado a surgir movimientos políticos que pongan en jaque a los partidos políticos tradicionales. Y esta no es solo una realidad de España sino también de Grecia, Italia e incluso Francia.
Hoy, el movimiento Podemos de España está liderando las encuestas de intención de voto en las elecciones generales que se realizarán en diciembre de este año. Dos años atrás, este partido, de orientación radical y con vínculos financieros dudosos con Venezuela, prácticamente no existía. En efecto, en un contexto de crisis y desconfianza con el establishment político y empresarial, el radicalismo tiene la mesa servida con los jóvenes. Sin embargo, este no es el único tipo de alternativas políticas que surgen en un contexto así. El movimiento Ciudadanos ha surgido en Cataluña con una propuesta menos extrema que Podemos y hoy ya le pisa los talones con un 18.4% de preferencias frente a un 22.5%. El radicalismo, entonces, parece no ser la única alternativa de renovación democrática y esa es una buena noticia. En Perú, las fuerzas políticas recién se están acomodando de cara a las elecciones presidenciales de 2016 y competirán por el voto de una juventud que mira no solo con escepticismo sino hasta con indignación a los políticos y a los gremios empresariales. Las alternativas tradicionales y radicales ya han anunciado su participación. Las alternativas de renovación política equilibrada todavía no han dicho presente.
