La acuicultura del atún y el equilibrio de la cadena alimenticia

Son las 6 de la mañana  del primero de Enero del 2013 en Tokio y un hombre realiza la puja más alta en la historia por la compra de un pescado. Cerca de 2 millones de dólares se pagan por un atún aleta azul de 220 kilos en el mercado mayorista de Tsujiki en Tokio, Japón. El precio pagado da luces de la gran demanda y la poca oferta de esta especie que es adquirida principalmente por la industria gastronómica del sushi en Japón.

Esta gran demanda ha generado, además, que la población del atún de aleta azul, o atún rojo como también es conocido, disminuya en la última década, y ha obligado a que se promueva su cultivo en cautiverio. Sin embargo, la práctica de la acuicultura del atún de aleta azul presenta varios retos y también algunos cuestionamientos.

El crecimiento de las larvas de atún es difícil durante los diez primeros días, tiempo durante el cual la gran mayoría de ellos muere. Una vez que superan las tres o cuatro semanas las larvas ya están fuera de peligro y listas para crecer y alimentarse.

El atún es un pez carnívoro que logra alcanzar un gran tamaño y peso (hasta los 4 metros y 900 kilos en el caso del atún de aleta azul). El gran problema es que para que adquiera ese tamaño y ese peso, se tiene que alimentar de grandes cantidades de otros peces y animales marinos como la caballa, el arenque, langostinos, calamares, pulpo, entre otros. Se estima que para que un ejemplar logre alcanzar el tamaño y peso deseado antes de ser sacrificado se le debe alimentar con más de 25 kilos de pescado por cada kilo de peso de engorde. Esto de por sí representa un problema en el costo de la crianza de esta especie y el desarrollo de su acuicultura, pero también supone mayor presión para la extracción de otras especies que le sirvan de alimento. Varias organizaciones internacionales han alzado ya su voz de reclamo en contra de la pesca indiscriminada del atún de aleta azul, pero también de su cultivo, debido a que consideran que propicia un desbalance en la cadena alimenticia marina.

En la actualidad, Japón –debido a los altos costos para el desarrollo de esta actividad acuícola-es el país que lidera la práctica de la acuicultura en esta especie junto con algunos institutos en Europa y uno en Estados Unidos. En el Perú el atún que más se encuentra en nuestro mar es el de aleta amarilla. Su producción y exportación se centra en los enlatados en conserva de atún, las cuales vienen creciendo asombrosamente. En el 2013, la exportación de conservas de atún subió en 700, según el Centro de Comercio Exterior de la Cámara de Lima.