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Un país que funciona con energía limpia

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Uruguay ha invertido USD 7 mil millones en los últimos cinco años para lograr cambiar su matriz energética.
05 de enero de 2016
Red star
Por qué es importante
La clave para lograrlo ha sido decisión, credibilidad, reglas claras, buenas condiciones naturales y coordinación.

Algo que parece imposible es real, Uruguay ha logrado en menos de 10 años reducir su huella de carbono y cambiar su matriz energética para producir al 95% con energía limpia, reduciendo sus costos y sin subsidios del Estado.

El director Nacional de Energía de este pequeño país de nuestro continente puede preciarse de que las energías renovables proporcionen el 94.5% de la electricidad del país, a precios más bajos, y con menos fluctuaciones porque el mix que han creado permite estar preparados para que las sequías no afecten el flujo energético.

Tal como señala una interesante nota de The Guardian que destaca el paso que ha dado este país, anteriormente Uruguay como muchos países de nuestro continente dependía de la importación de petróleo casi en un 30%, y además, un gaseoducto argentino le suministraba gas.

De esa época hasta ahora lo que ha cambiado son los aerogeneradores para los parques eólicos, el uso de la biomasa como bio combustible y la energía solar como productores de energías renovables.  A eso hay que añadir la energía hidráulica que permite una combinación energética para el país de 55% con energías renovables, muy por encima del promedio mundial que es 12%.

Gracias a eso, este país de poco más de 3 millones de habitantes es líder de energía ecológica y está marcando tendencias de inversión en energías renovables con USD 7 mil millones invertidos en los últimos cinco años. Mucho dinero, porque esta cantidad representa el 15% de su PBI.

Lo más interesante fue escuchar a este funcionario uruguayo comprometer metas mucho más ambiciosas para 2017, con una reducción del 88% de las emisiones de carbono.

Cuando se les pregunta cómo han logrado ese milagro, la respuesta es con decisión y la credibilidad que da contar con una democracia estable, un entorno normativo claro, buenas condiciones naturales (vientos, radiación solar y biomasa de la agricultura y ganadería) y una buena coordinación entre las empresas públicas con el sector privado que ha logrado ver en este cambio energético un negocio financiero porque los costos de construcción y mantenimiento son menores.

Y es que Uruguay tiene cola de empresas que quieren conseguir contratos de parques eólicos, lo que ha permitido reducir los precios de las licitaciones. Estos parques alimentan las plantas hidráulicas y eso permite que mantengan sus reservas y reduce el impacto de las sequías.

Todavía tiene muchos desafíos en términos de sectores como el transporte que sigue dependiendo del petróleo, pero han logrado que los sectores íconos del pais como el agrícola utilicen la energía de centrales de cogeneración de biomasa.

No todos los países podrán replicar lo que ha hecho Uruguay porque sus condiciones son particulares, pero este pequeño país ha demostrado que es posible avanzar en reducir la huella de carbono que los países generan cuando se toma la decisión de hacerlo.