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La dracunculosis está cerca de ser erradicada

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En 1985, habían 3,5 millones de casos de personas que sufrían de esta parasitosis invalidante.
09 de febrero de 2016
Red star
Por qué es importante
No existe una vacuna ni medicinas para tratarla, solo hay que prevenirla y bloquear las fuentes de infección.

La dracunculosis, más conocida como enfermedad del gusano de Guinea, es una parasitosis invalidante causada por el Dracunculus medinensis, un largo gusano filiforme que se transmite cuando se bebe agua contaminada con pulgas de agua que han sido infectadas por el parásito, según señala la Organización Mundial de la Salud.

Cuando se produce la infección, el gusano hembra fecundado empieza un ciclo de crecimiento de 10 a 14 meses hasta que se observa una ampolla dolorosa en la parte inferior de la pierna, de donde sale un gusano maduro de casi un metro de longitud provocando una sensación de quemazón que obliga a remojar la parte infectada donde se reproduce el ciclo.  Esta enfermedad puede dejar secuelas como reacciones alérgicas, dolor que lleve a la artritis o incluso parálisis.

Esta enfermedad afecta a personas y perros de comunidades rurales, desfavorecidas y aisladas, que dependen principalmente de aguas abiertas, como estanques. De los 20 países donde la enfermedad era endémica a mediados de los años 80 con 3,5 millones de casos, solo 4 (Chad, Etiopía, Malí y Sudán del Sur) notificaron casos en 2014, siendo este último el que tenía el 56% de infectados.

La buena noticia es que esta enfermedad estaría pronta a ser extinguida porque en 2015, solo se habrían reportado 22 casos, según advierte ZME Science. Esto ha sido posible gracias a la alianza entre la Organización Mundial de la Salud, la UNICEF y el Centro Carter  (la organización de caridad creada por Jimmy Carter, ex presidente de los EE.UU.)que se sumó a esta lucha en 1986, cuyo trabajo ha permitido acelerar la interrupción de la transmisión aconsejando que las personas no remojen sus pies en agua y reforzar la vigilancia para erradicar la enfermedad.

Como se sabe no hay vacuna para prevenir esta enfermedad ni ningún medicamento para tratarla, solo hay que prevenir la contaminación del agua de bebida, aconsejando al paciente que evite caminar por el agua. La única forma de diagnosticarla es cuando se observa a los gusanos salir de las ampollas o con exámenes microscópicos de las larvas.

Por eso, en el proceso de lucha contra la enfermedad se distribuyeron filtros de agua, cubos de agua potable, entre otros para bloquear los copépodos, y las empresas ayudaron donando larvicidas y sustancias para limpiar el agua de las larvas.

Ahora que Jimmy Carter de 91 años está enfermo de cáncer, dice que quiere sobrevivir al último gusano de Guinea, y todo apunta a que así será después de la larga lucha contra la que sería la segunda enfermedad erradicada, después de la viruela.