IDEAS
Ser bilingüe es clave para comunicarse mejor
El Ministro Jaime Saavedra hace bien al apostar por mejorar la enseñanza del idioma inglés en los colegios públicos. Sin embargo, quizás la intervención que tiene planeada, que se inicia a partir de los dos últimos años de primaria y que aspira a que los alumnos de escuelas públicas concluyan sus estudios siendo bilingües, deba adelantarse hasta el ingreso de los niños a la escuela.
Según los estudios disponibles, existen diversas ventajas de ser bilingüe. Para los negocios, por ejemplo, el beneficio es claro. De cara a la vejez, se sabe que en promedio las personas que sufren de demencia senil inician antes 5 años este proceso si es que solo hablan un idioma. Sin embargo, quizás las ventajas de ser bilingüe más importantes son las cognitivas. Quienes lo son, tienen:
- Mayor capacidad de ejecución que se manifiesta a través de una mejor capacidad para prestar atención y para planear tareas complejas; y
- Mayor capacidad para entender que las demás personas pueden tener una forma de ver el mundo distinta.
En un estudio reciente publicado en la revista Psychological Science, las investigadores Samantha Fan y Zoe Liberman junto con dos coautores todos de la Universidad de Chicago, señalan que los niños bilingües e incluso aquellos que han sido expuestos a una lengua extranjera de manera regular, son más capaces de ponerse en el lugar de su interlocutor, aspecto clave para una comunicación más efectiva.
El experimento que llevó a Fan y Liberman a esta conclusión fue bastante simple y, si bien está lejos de zanjar el tema en torno a las ventajas de ser bilingüe, es una contribución que merece tomarse en cuenta.
En dicho experimento, tres grupos de niños cuyas edades fluctuaban entre los 4 y 6 años recibieron tres autos de juguete iguales pero de distintos tamaños (pequeño, mediano y grande). Luego, los niños participaron en un juego con un interlocutor que estaba ubicado en un lugar donde los niños sabían que solo podía ver dos de los tres autos (el mediano y el grande). A continuación, el interlocutor les dijo a los niños “veo un auto pequeño” y les pidió moverlo. Los resultados fueron sorprendentes: los niños bilingües o aquellos que pertenecían al grupo que estaba expuesto regularmente a una lengua extranjera movían el auto mediano hasta en un 75% de los casos, a diferencia de los niños que solo conocían un idioma que solo movieron el auto mediano la mitad de las veces.
Es decir, los niños que dominaban o conocían más de un idioma podían reconocer más fácilmente que su contraparte no podía ver el auto pequeño y, por ende, eran capaces de mover aquél auto al que su interlocutor se tenía que estar refiriendo como pequeño. Ser capaz de asumir la posición del otro es un elemento central para la comunicación efectiva, habilidad que todo padre desea para sus hijos. Exponerlo a otros idiomas desde que nace puede ser la mejor manera de ayudarlos a adquirirla.
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