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El lado oscuro de la ciencia

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El científico Ray Hilborn ha sido acusado por Greenpeace de promover estudios y cuestionar investigaciones en beneficio de la industria pesquera que lo financiaba.
18 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
La denuncia de Greenpeace es que Hilborn solo ponía la puntería a los grupos pesqueros (21 casos) que no formaban parte de su lista de clientes (69 grupos).

 “La mejor forma de esconderse es a plena luz del día”, me dijo alguien hace un tiempo. Las personas que te buscan no esperarán que te pasees por las calles era su lógica. Es por eso que en algunos casos de corrupción, la sociedad queda sorprendida cuando alguien que aparentemente era una persona honesta termina involucrada en un escándalo.

Y es que Ray Hilborn, un famoso profesor de la School of Aquatic and Fishery Sciences de la Universidad de Washington acaba de ser denunciado por Greenpeace, la organización ambientalista, de cuestionar los estudios que indican el impacto de la sobrepesca por tener conflictos de interés con diversas empresas pesqueras y recibir fondos que suman alrededor de USD 3,5 millones por cumplir ese rol frente a los cuestionamientos a la industria.

Así lo ha revelado un artículo de NPR denominado “Fisheries Scientist Under Fire For Undisclosed Seafood Industry Funding”, donde se da cuenta de las prácticas que habría realizado Hilborn para maquillar sus verdaderas intenciones detrás de estudios que planteaban soluciones alternativas a los problemas de sobrepesca.

Este científico era conocido por su avidez al cuestionar artículos o estudios que ponen en evidencia la decadencia y desaparición de distintas poblaciones de peces. Además, solía encarar públicamente a periodistas a los que consideraba que habían tratado mal un tema relacionado a su especialidad.

Sin embargo, parece ser que estas ganas de destruir estudios presuntamente cuestionables y encarar a periodistas tenían un motivo personal de fondo. Greenpeace ha acusado al profesor en una carta, diciendo que habría recibido dinero de docenas de compañías pesqueras y de compañías de la misma industria por montos que alcanzan a USD 3.56 millones en financiamiento.

El problema es que a todas esas empresas les conviene que se desestimen estudios que plantean que hay pesquerías en peligro o que hay sobrepesca para poder seguir satisfaciendo sus intereses económicos.

La denuncia de Greenpeace es que Hilborn solo ponía la puntería a los grupos pesqueros (21 casos) que no formaban parte de su lista de clientes (69 grupos) de los cuales ha estado recibiendo dinero. Además, también se le acusa de realizar investigaciones y realizar acusaciones sin advertir que tenía conflictos de interés.

Estos casos son especialmente importantes porque los hombres de ciencia deberían ser referentes del trabajo riguroso, y los principales defensores de la sostenibilidad de los recursos pesqueros en este caso.

Una verdad a medias no es verdad.