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Más problemas con las cosechas modificadas

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Uno de los efectos positivos de utilizar alimentos modificados, según quienes los venden, es que estos serían inmunes a ciertas plagas.
12 de septiembre de 2016
Red star
Por qué es importante
Todo parece indicar que parte de la culpa de esto es la aparición de la maleza resistente al glifosato.

En teoría, el adjetivo “mejorado”, debería significar que se trata de una versión superior a otra. Sin embargo, no siempre aquello que lleva ese calificativo resulta efectivamente superior, sobre todo en el caso de los alimentos, también conocidos como modificados.

Los alimentos modificados, conocidos también como GMO, llegaron al mercado hace algunos años con gran resistencia, pero poco a poco han ido ganando terreno dentro del ámbito agrícola, aún en contra de todos sus detractores.

Las compañías encargadas de mejorar y modificar semillas de alimentos, como la empresa Monsanto, sugieren cuando venden sus productos que estos son superiores a aquellos encontrados en su estado natural en el campo porque pueden ser más tolerantes a las plagas, porque tienen más rendimiento, entre otros.

Sin embargo, parece que esto no sería del todo cierto, a la luz de un artículo de Pacific Standard, titulado “Genetically Engineered Crops Have Increased Pesticide Use”, sobre el que se basa este artículo, que sugiere que el supuesto único punto positivo de estos alimentos no sería válido.

¿Qué se quiere decir con esto?

En teoría, uno de los efectos positivos de utilizar alimentos modificados es que estos serían inmunes a ciertas plagas, lo cual permitiría reducir el uso de los pesticidas, y como consecuencia de ello, disminuir el porcentaje de toxicidad que se encuentra en las cosechas. Desafortundamente, esto no se estaría consiguiendo al sembrar estos productos modificados en el campo.

Precisamente, los investigadores Edward Perry y GianCarlo Moschini, junto con sus colegas, encontraron que se estaba consiguiendo lo contrario porque ahora los granjeros utilizan más pesticidas con los cultivos con semillas modificadas. Todo parece indicar que parte de la culpa de esto es la aparición de la maleza resistente al glifosato.

Los granos resistentes al glifosato fueron introducidos en 1996. Estos fueron presentados como amigables al medio ambiente, ya que el glifosato es menos tóxico para los animales y, en teoría, se puede utilizar menos pesticidas cuando se utiliza en el campo. El problema es que utilizar un solo pesticida puede crear maleza resistente a este por medio de selección natural.

Esto es un problema, porque significa que los agricultores están aplicando una mayor cantidad de pesticida para eliminar la maleza, la cual lentamente se hace cada vez más resistente. De esta forma, se inicia un proceso en el cual, se utilizaría mayor cantidad de pesticida para matar la maleza, la cual se haría aún más fuerte, obligando a los agricultores a usar más pesticida, continuando con el patrón.

Esta circunstancia deja pocos argumentos para defender a los alimentos GMO.