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La agricultura regenerativa se abre paso
El Perú es país de origen de la papa y por lo tanto así como esta existe hace miles de años y tenemos más de 3 mil variedades, por esa misma condición soporta una gran cantidad de plagas o enfermedades que afectan las distintas variedades. Esto hace casi imposible la exportación de papa fresca. En la antigüedad, la sabiduría inca hacía dos cosas para luchar contra las plagas:
- Sembraban semillas de distintas variedades, dado que normalmente una plaga no afecta a todas las variedades por igual a la vez, con lo cual nunca se perdía todo el cultivo.
- Cambiaban la siembra de pisos altitudinales y así lograban regenerar ciertas variedades.
En la actualidad, cada vez más y por distintas razones los agricultores son testigos de la degradación del suelo, la sequía y también las plagas, de lo cual normalmente se acusa al cambio climático, o a los impactos de otras actividades económicas.
Por eso ha surgido una corriente de prácticas agrícolas regenerativas que lo que buscan es luchar contra las enfermedades que afectan a los cultivos y contra otros procesos que degradan el suelo donde esta actividad se realiza. De forma similar a lo que hacían los Incas, empresas y organizaciones sin fines de lucro están impulsando este tipo de prácticas en todo el mundo.
El surgimiento de las empresas B (B Corporation) que son las que utilizan el poder del mercado para impulsar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales, está impulsando la agricultura regenerativa. Las poco más de 1000 empresas B que existen en el mundo, trabajan bajo altos estándares sociales, ambientales y de transparencia y cuando toman decisiones tienen en cuenta los intereses de sus trabajadores, proveedores, clientes y de la comunidad donde se desenvuelven. Para estas empresas, el éxito, más allá de los resultados financieros, consiste en tener impacto positivo en la sociedad y en el entorno donde se desenvuelven de forma medible y escalable. En el Perú solo Natura de origen brasileño es una empresa certificada como B Corporation.
También hay organizaciones sin fines de lucro como Savory Institute que restaura praderas a través de la implementación de prácticas regenerativas u organizaciones comunitarias como COMACO (Community Markets for Conservation) en Zambia que trabaja con agricultores para que dejen de matar ciertas especies de animales por dinero, tales como leopardos, cebras, hipopótamos y elefantes. A cambio, los estimulan a producir alimentos que luego ellos compran a mayor precio para venderlos con gran éxito en los supermercados.
Como ellas, otras empresas y organizaciones sin fines de lucro, cada vez más están apoyando los esfuerzos por regenerar la tierra de la que depende la vida de millones de personas.
Y es que mientras los políticos se ponen de acuerdo en la próxima COP21 para establecer compromisos concretos de reducción de emisiones, los agricultores no pueden solo ser espectadores de lo que pasa. Necesitan las abejas que cada vez hay menos porque ayudan a la polinización y porque su miel puede ser una fuente de ingresos importantes, pero también necesitan tener mejores prácticas de uso del agua que requieren para sus cultivos, así como de buenos fertilizantes naturales. Ojalá que esta tendencia tenga éxito por el bien del planeta.
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