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¿Adiós a la carne vegetal?

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Las ventas podrían bajar a los USD 995 millones anuales en el mundo en 2028.
01 de septiembre de 2023
Red star
Por qué es importante
MINTEL encontró que podría haber un espacio para el desarrollo de productos congelados y reducir el nivel de procesamiento con el fin de presentar etiquetas más limpias.

Según un reciente artículo elaborado a partir de información de MINTEL en el portal Foodnavigator, los consumidores estarían abandonando la carne vegetal principalmente a causa de su precio.
La crisis económica y los efectos de la inflación no han dejado indiferentes a los consumidores que están optando por migrar a proteínas menos costosas.
Los datos hablan por sí solos. Las ventas han caído y los fabricantes enfrentan también los prejuicios sobre su sabor y valor nutricional. Las expectativas para 2028 es que las ventas alcancen 1801 millones de dólares en el mundo, pero en el peor de los escenarios bajarían a los USD 995 millones.
El mayor problema que enfrentaría la categoría es la atracción de nuevos compradores. Nadie quiere arriesgar y, pese a las advertencias de los riesgos del consumo de carnes rojas para la salud, una de cada dos personas, prefiere apostar por lo que ya conoce antes que experimentar con alternativas que pueden ser teóricamente más saludables, pero constituyen un riesgo en tiempos de crisis si es que no satisface las expectativas de la familia.
La crisis obliga a flexitarianos, vegetarianos o veganos a reevaluar sus opciones y ser responsables con la economía familiar.
Tal como señala MINTEL, las principales preocupaciones detrás del consumo de carnes alternativas son el gusto y sabor, el valor nutricional en comparación con otras proteínas, el precio, la textura y el exceso de procesamiento.
No obstante, MINTEL encontró que podría haber un espacio para el desarrollo de productos congelados y reducir el nivel de procesamiento con el fin de presentar etiquetas más limpias. No en vano se dice que un producto es mejor cuando tiene menos ingredientes.
La pelota está en la cancha de los fabricantes. Los consumidores tienen claro que quieren productos buenos, pero también saludables y que sus familias no corran riesgos.