HISTORIAS
El aeropuerto fantasma que vale USD 11,000
La economía española ya ha iniciado una lenta recuperación y eso se está comenzando a reflejar en la confianza de los ciudadanos. Sin embargo, mientras esto ocurre, se siguen haciendo públicos hechos de los cuales los peruanos tenemos mucho que aprender.
Al escándalo de las obras de construcción de la M-30, la vía de 32 kilómetros que rodea Madrid, que terminaron costando más de 7 mil millones de euros cuando se había presupuestado inicialmente que costarían 2 mil millones de euros, se acaba de añadir uno más.
Se trata de uno de los “aeropuertos fantasma” de España por el cual un inversionista chino acaba de ofrecer USD 11,000. Sí, solo once mil dólares americanos.
Nos referimos al aeropuerto central de Ciudad Real, localizado a 235 kilómetros al sur de Madrid. Este aeropuerto tiene una pista de despegue de 4 kilómetros, una de las más largas de Europa, capaz de manejar hasta el avión de pasajeros más grande del mundo.
Su terminal, por su parte, tiene capacidad para 10 millones de pasajeros por año. Este aeropuerto, que fue construido con una inversión aproximada de USD 1.2 mil millones, fue terminado en 2009 y nunca consiguió siquiera acercarse al tráfico de 2.5 millones de pasajeros por año que esperaban originalmente. Como resultado de elllo, el operador del aeropuerto, cayó en bancarrota en 2010 y sus activos fueron puestos en subasta por una corte.
Al no haber más que una empresa ofertante y al estar el monto ofertado por debajo del mínimo requerido (aproximadamente USD 45 millones), no está claro si la corte decidirá seguir adelante con la venta o no, si es que no se reciben ofertas adicionales hasta el 15 de setiembre próximo cuando se venza el plazo recientemente ampliado.
Con frecuencia, los peruanos criticamos duramente los problemas que los ministerios y los gobiernos regionales y locales tienen para ejecutar su gasto. También nos indignamos cuando la ejecución de este gasto se realiza en proyectos inútiles y desconectados de la realidad de la población de la zona. Las piscinas olímpicas en distritos donde el 90% de la población tiene necesidades básicas insatisfechas; o los monumentos a la maca, a la ojota o al árbitro, son algunos ejemplos de estos.
Sin embargo, no hay que perder de vista que el dispendio irresponsable de fondos públicos también puede producirse en obras de infraestructura que a simple vista suenan muy razonables y serias como los puentes, las carreteras y los aeropuertos. Por eso es tan importante que los estudios de impacto de las futuras obras de infraestructura se publiquen y que sus estimados de costos y demanda sean sometidos al escrutinio público. Si esto no se hace, podemos terminar con obras fantasmas o excesivamente sobrevaloradas como España. Un buen punto para empezar sería la gran cantidad de obras de transporte público que el país tiene pensado hacer y que implican inversiones millonarias y compromisos del Estado considerables.
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