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El agua le voltea el partido a las gaseosas

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Desde 2008, el consumo de agua embotellada viene creciendo 6% por año y el de las gaseosas a 1.3%.
12 de mayo de 2015
Red star
Por qué es importante
El aumento de la demanda por agua embotellada no se trata de una moda pasajera sino de un cambio permanente en el patrón de consumo de las personas.

Según la empresa de investigación de mercado Canadean, este año por primera vez el agua embotellada superará en ventas a las gaseosas, con lo cual se convertirá en la categoría de bebida más vendida del mundo. 

Este hecho, sin lugar a dudas, ha intensificado la competencia entre gigantes mundiales cuyo negocio principal eran las gaseosas como Coca-Cola y PepsiCo en Estados Unidos y de otras empresas de consumo masivo como Danone y Nestlé en Europa.

Sin embargo, el repunte del consumo de agua no es una novedad: desde el año 2008, ha estado creciendo cada año más de 4 veces más rápido que las gaseosas (6% vs. 1.3%). En términos de volúmen, se espera que las ventas de agua cierren el año en 238 miles de millones de litros frente a los 227 miles de millones de las gaseosas. En términos de consumo mundial per cápita, actualmente la gaseosas están prácticamente empatadas con el agua embotellada y la leche en 30 litros anuales. 

Tres son los principales factores que explican el fuerte incremento del consumo de agua frente al de gaseosas:

  • En primer lugar, en países como China o India, donde la infraestructura de agua potable todavía es deficiente, las familias que se lo pueden permitir (que cada vez son más), prefieren comprar agua embotellada. Así, por ejemplo, según Euromonitor, la demanda de agua embotellada en China se duplicó en los últimos 5 años. 
  • En segundo lugar, en países como Estados Unidos, uno de los mercados tradicionalmente más importantes del mundo para las gaseosas, las preocupaciones sobre la salud y los riesgos de la obesidad han llevado a que el volumen de ventas de haya caído 14% en la última década.
  • En tercer lugar, los consumidores “millenials” (definidos como aquellos que nacieron entre 1980 y 2000) prefieren cada vez productos menos procesados y con menos aditivos y esto ha favorecido el consumo del agua embotellada frente al de gaseosas ú otras bebidas azucaradas. 

Las políticas gubernamentales también están jugando en contra de las gaseosas y avivando una guerra de precios del agua. Por ejemplo, en México, donde se introdujo un impuesto a las bebidas gaseosas en 2014, las empresas Coca-Cola y PepsiCo. estarían utilizando su gran poder de distribución para llegar con precios mucho más baratos que otros competidores como Danone y con ello compensar el efecto que está teniendo el impuesto sobre sus ventas totales. 

Según los expertos, el aumento de la demanda por agua embotellada no se trata de una moda pasajera sino de un cambio permanente en el patrón de consumo de las personas. Se estima que la tasas de crecimiento del consumo de agua embotellada serán de dos dígitos hasta 2019. En un escenario así no debe sorprender que sigamos espectando una fuerte competencia entre gigantes del negocio de bebidas. 

Lo que sí resulta importante señalar para un país en desarrollo como el Perú el consumo de agua embotellada no se debe ver como un sustituto a la existencia de una red de agua potable segura y accesible que le permita a las personas tomar agua del caño sin riesgo alguno para su salud. Se trata de dos temas totalmente distintos.