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El rol poco apreciado de las heces animales

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EL MOVIMIENTO DE NUTRIENTES DEL MAR A LA TIERRA QUE REALIZAN LAS AVES MARINA SE HA REDUCIDO EN 96%.
02 de noviembre de 2015
Red star
Por qué es importante
La extinción de animales de gran tamaño puede afectar significativamente la riqueza de la flora y fauna del planeta.

Alguna vez debes haberte preguntado cómo así el mundo tiene zonas tan megadiversas y los océanos pueden haber sido tan ricos en distintas pesquerías.

Lo que probablemente no sepas es que históricamente siempre han sido los propios animales los responsables de esa riqueza, pues estos son los que transportan los nutrientes en la tierra, en el mar, los ríos y el aire.

Una interesante investigación denominada Global nutrient transport in a world of giants, de Christopher Doughty, Joe Roman, Soren Fauby, y otros, llama la atención sobre la forma en que ha ido disminuyendo el nivel de nutrientes que transportan los animales más grandes debido a que muchos de ellos se han extinguido.

De acuerdo con la investigación, la capacidad de mover nutrientes (es decir, las heces producidas por los animales) se redujo 6% en la tierra y el océano, respecto de los valores pasados. En el caso del océano, la capacidad de mover fósforo verticalmente por los mamíferos marinos se redujo 77% y el movimiento de mar a tierra por las aves marinas se redujo 96%, lo cual ha tenido un impacto en la distribución de nutrientes que alguna vez existió en las profundidades del mar.

¿Qué significa que movían nutrientes? Significa que los mamíferos marinos, aves marinas, peces anádromos y animales terrestres tenían algún mecanismo que permitía reciclar nutrientes de las profundidades del océano a las áreas continentales.

El estudio evoca la época en que el mundo estaba habitado por gigantes en la tierra y en el mar, época que llegó a su fin con las extinciones masivas de la megafauna (mamuts y dinosaurios) en el Cuaternario, y, en el caso de las ballenas con la reducción de sus poblaciones en los últimos siglos.

La investigación hizo un modelo de la distribución de fósforo que como se sabe es clave para el crecimiento de las plantas. Para ello, se tuvo en cuenta que los animales llevan esos nutrientes a todo lugar donde van a comer. Lo que encontraron los investigadores es que esta capacidad de movilizar nutrientes se ha ido perdiendo porque cada vez hay menos animales criados en libertad (para ello basta mirar cómo vive el ganado estabulado) y, como resultado de ello, se está produciendo una alteración de los suelos.

Un ejemplo claro, y más cercano que el de los dinosaurios, es el de las ballenas, cuya población se ha reducido dramáticamente en el siglo pasado debido a su caza indiscriminada. Las ballenas llevaban 340 millones de kilogramos de fósforo desde el océano hasta la superficie, el cual podía ser reciclado para servir como nutriente. Actualmente, solo llevan la quinta parte de fósforo anualmente.

Algo similar ha ocurrido con las aves marinas y los peces anádromas que llevaban unos 150 millones de kilogramos de fósforo al año del mar a la tierra y que ahora solo llevan menos del 4% de esta cantidad como consecuencia de la destrucción de sus colonias y poblaciones.

Por eso, los autores hacen un llamado para proteger la poca fauna de animales grandes que quedan porque de lo contrario se perderá esa fuente de fósforo que el mundo necesita para seguir siendo tan productivo. Así que ya lo sabes, proteger a las ballenas no es una moda, ni solo un asunto de ecologistas, sino de todos quienes queremos que el mundo siga teniendo las riquezas que ha tenido.