IDEAS
¡Deje que sus niños aprendan jugando!
La forma como se educa a los niños ha cambiado muchísimo en las últimas dos décadas. A diferencia de aquellos tiempos en los que los niños iban al kindergarten a pasar la mayor parte del tiempo jugando y haciendo actividades artísticas con sus compañeros, actualmente la educación formal empieza a edades tan tempranas como los 4 o 5 años.
¿Por qué este cambio? La creencia común es que si no se empieza lo suficientemente temprano, los niños podrían tener problemas de aprendizaje en el colegio, de los cuales podrían nunca recuperarse.
Según una gran diversidad de científicos y expertos en educación, no por mucho madrugar se amanece más temprano.
- En primer lugar, no existe evidencia de un impacto positivo considerable de adelantar el inicio de la educación formal, tal como lo señala un estudio de Sebastian P. Suggate que analizó una muestra de 400 mil adolescentes de 15 años en 50 países. Un estudio posterior encontró que, en promedio, el nivel de comprensión de lectura de los estudiantes que aprendieron a leer a los 5 años es menor que el de los que aprendieron a leer después.
- En segundo lugar, el impacto negativo de adelantar el inicio de la educación formal podría ser incluso negativo pues podría generar retraso en el desarrollo emocional y cognitivo; y estrés innecesario que podría afectar el deseo futuro de los niños de estudiar. Según un estudio realizado por Rebecca A. Marcon, el desempeño de los niños que son expuestos de manera más temprana a la educación formal es inferior al de aquellos que promueven más el aprendizaje a través de las actividades o juegos.
El problema de fondo, según señalan los expertos es que existe un gran desconocimiento respecto de la forma como los niños aprenden. Por ejemplo, los neurocientíficos ya han probado que los niños de menos de 7 ú 8 años están más predispuestos para un aprendizaje por exploración que uno por explicación. Siendo esto así, intentar que los niños aprendan desde los 4 o 5 años al ritmo y según las indicaciones de un profesor lo único que consigue es desalentar la exploración; es decir, apagar por 2 o 3 años la fuente más importante de aprendizaje de un niño.
Muchos padres cometen el gran error de considerar al juego de los niños en la escuela como una pérdida de tiempo. El juego entre niños es esencial para su desarrollo. A través de él los niños conocen lo que es la perseverancia, aprenden a controlar su atención y, lo que es más importante, a dominar sus emociones. Por eso es que la educación obligatoria en muchos países desarrollados no se inicia hasta después de los 7 años.
La elección de la edad a la que se inicia la educación en un país y el tipo de estimulación que reciben los niños antes de que alcancen esta edad tiene implicancias enormes sobre el tipo de fuerza laboral que tendrá un país en las próximas dos décadas. Mientras más rápido insertemos a los niños en el circuito de la educación formal bajo el modelo tradicional, lo más probable es que formemos seguidores o consumidores pasivos de información. Mientras más tiempo los dejemos aprendiendo jugando, lo más probable es que estemos permitiendo que se formen mentes más aptas para el descubrimiento y la innovación. ¿Qué tipo de ciudadanos queremos formar para el futuro?
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