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Uber busca recuperar la confianza de usuarios en conductores
Uber, la popular empresa de transporte personal bajo demanda, siempre da que hablar en todo el mundo, ya sea por su revolucionario modelo de negocio, los cuestionamientos sobre la legalidad del servicio que brinda en distintos países o por las críticas de sus detractores. Entre los que critican el servicio de Uber, hay quienes consideran que a la empresa no le interesa verificar los antecedentes de sus conductores y la seguridad de sus pasajeros, en especial tras recientes reportes que generan dudas y desconfianza sobre el servicio entre la población.
En vista de ello, la empresa con sede en San Francisco ha anunciado la creación de una junta de seguridad para recibir asesoría en temas de seguridad y protección. De acuerdo con un artículo publicado en Los Angeles Times, la junta está conformada por seis personas, entre las cuales se encuentran especialistas como Ed Davis, ex Comisionado de la Policía de Boston; John Barton, ex director ejecutivo adjunto del Departamento de Transporte de Texas; y Cindy Southworth, vicepresidenta ejecutiva de la organización sin fines de lucro NNEDV (National Network to End Domestic Violence).
La experiencia de la junta incluye seguridad física de conductores y pasajeros, seguridad de datos y relaciones con las autoridades locales. De acuerdo con Joe Sullivan, jefe de seguridad de Uber, el tema de la seguridad requiere ser visto desde diversas perspectivas, para lo cual es útil la perspectiva de Barton sobre seguridad en carreteras y la perspectiva de Southworth sobre ataques sexuales. Esto es algo que la reputación de Uber necesita a la luz de las críticas al servicio con respecto a la seguridad de sus pasajeros y la seguridad de su información.
Recientemente, las ciudades de San Francisco y Los Angeles publicaron que 25 conductores de Uber habían sido condenados por asesinatos, crímenes violentos o agresiones sexuales. En India, un conductor de Uber acusado de violación tenía antecedentes por un ataque anterior a su admisión al servicio. En Francia, Uber suspendió a un conductor arrestado por cargos de agresión sexual. En Inglaterra, un conductor amenazó en un mensaje de voz con degollar a una usuaria que canceló su servicio. Por otro lado, un ataque informático comprometió en febrero de este año la información de hasta 50 mil conductores en California.
Además de estos temas de seguridad física e informática, la junta tendrá que enfrentarse al problema de la reputación de la compañía entre los políticos, debido a la preocupación con respecto a la sostenibilidad de los modelos de negocio similares a Uber. Asimismo, la empresa debe pagar multas relacionadas con servicios a pasajeros discapacitados. La junta de seguridad de Uber tiene mucho por hacer.
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