Colorantes alimentarios: La importancia del color en los alimentos

Todo entra por la vista reza el antiguo refrán, y en el caso de las comidas y alimentos esta frase toma mayor importancia. Observar el color y la forma de los alimentos frutas y verduras, por ejemplo, es necesario para elegir cuál es comestible e ingerirlo con total seguridad.

Esta práctica de observar lo colores en frutas y verduras se puede trasladar al mundo de los alimentos procesados. Al abrir una bolsa de papas fritas, tenemos la expectativa que estas sean amarillas y cuando tomamos un vaso de yogurt esperamos un producto de color claro. Existe, entonces, una relación entre los alimentos y el color que cuando se quebranta, el consumidor responde negativamente.

Hace poco, el lanzamiento de las nuevas Kuro Burgers en Japón levantó más de una ceja en el mundo occidental. Kuro, que en japonés quiere decir negro, no eran más que unas hamburguesas cuyos panes y queso eran de color negro. El lanzamiento de esta peculiar hamburguesa se hizo con motivo de las celebraciones de Halloween o Noche de Brujas. Si bien en Japón este nuevo producto viene siendo un éxito, esto ha sorprendido y parecido jocoso a norteamericanos y europeos ¿Por qué ha sucedido esto?

Según diversos estudios, esto tiene que ver con la relación de los alimentos y su color. Las personas relacionamos ciertos tonos y colores a cierta clase de alimentos. Cuando consumidores de países occidentales ven las hamburguesas negras, su cerebro las asocia con alimentos contaminados, quemados y echados a perder, no óptimos para el consumo humano. Esto se debe a que estas personas no están acostumbradas a alimentos de este color. En el caso de Japón, donde los consumidores están habituados a la tinta negra de calamar, las algas y frejoles negros entre otros, las hamburguesas negras de Burger King no parecen desagradables.

La elección del color en un alimento procesado es entonces un factor importante que definirá el éxito del producto. Si se elige un color que el consumidor no pueda asociar con el alimento, por más sabroso que sea, nunca será bien recibido. El estudio “Los efectos del color de los alimentos en la percepción del sabor” de la Universidad de Auckland asegura que antes que relacionar el alimento con su sabor, se le asocia con el color.

En el Perú uno de los casos más resaltantes fue el de chiki de Concordia. Esta gaseosa que salió al mercado con el fin de cautivar a los más pequeños de la casa era de color azul. Sin embargo, su estadía en el mercado no duró mucho y rápidamente desapareció, estimamos que por la desconexión entre el color y la bebida. Sin embargo, como ya hemos visto con el caso japonés, esta relación está influenciada por las costumbres y tradiciones del lugar. Este es el caso de Inca Kola: aunque los peruanos aceptamos como normal tomar una bebida de color amarillo dorado, para muchos extranjeros su color no está asociado con bebidas gaseosas por lo que no les resulta tan agradable. Esta es la razón por la cual su éxito es primordialmente  entre peruanos.