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Alemania en camino a destronar a la relojería suiza

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El 2015, las exportaciones de relojes de Alemania subieron 14% y las de Suiza bajaron 3%.
02 de mayo de 2016
Red star
Por qué es importante
El éxito de Glashuette no es producto de la casualidad sino de invertir en crear conocimiento. Muchos empleados de las relojeras alemanas fueron a estudiar a Suiza para aprender a producir relojes de bolsillo

Cuando las personas son puntuales, se suele usar una expresión que les atribuye tener una puntualidad suiza para referirse a la precisión de los famosos relojes suizos, que evitan que las personas lleguen tarde a cualquier lugar. Todo parece indicar que muy pronto, habrá que decir puntualidad alemana también para referise a los relojes alemanes que están tomando la delantera en ventas a los relojeros suizos.

Esto es una novedad, porque si bien cuando se piensa en Alemania, inmediatamente se relaciona a la industria de conocimiento y alta gama, todo lo que es relojería ha estado más asociada siempre a los suizos. Sin embargo, parece que un pequeño pueblo al sur de Alemania estaría por cambiar esta tradición y volver a ser la meca de reloj en Alemania como lo fue hace un siglo, antes de la Segunda Guerra Mundial.

Se trata del pueblo de Glashuette, con solo 7 mil habitantes de los cuales aproximadamente 2000 trabajan en las empresas de relojería, donde viven y trabajan los mejores relojeros del mundo, después de los gigantes suizos, según señala el artículo del portal Bloomberg, llamado “How Eastern Germany’s Watchmaking Capital Is Beating Switzerland”.

El año pasado fue un año malo para la relojería suiza porque las ventas bajaron 3%. Sin embargo, las exportaciones alemanas subieron 14% y Glashuette produjo 32 mil relojes con un valor de ventas de EU 500 millones.

La empresa que lidera este éxito empresarial en este pueblo es A. Lange & Soehne, cuyos relojes pueden llegar a costar EUR 1.9 millones, y el más barato no baja de 50.000 euros.

Los analistas reconocen que este éxito no es producto de la casualidad sino de invertir en crear conocimiento, dado que muchos empleados de las relojeras alemanas fueron a estudiar a Suiza para aprender a producir relojes de bolsillo, y además, algunos de los insumos que hoy se usan en Alemania, también son de origen suizo. Lo que pasa es que esos que fueron jóvenes una vez, aprendieron las técnicas y al paso de los años han desarrollado todo tipo de piezas usando ese conocimiento.

Cualquiera sea la clave del éxito, lo cierto es que mientras en Suiza las gigantes relojeras despiden gente, en Alemania están contratando a más personal y eso refleja que hay algo que están haciendo bien.

Ya se verá si el futuro será de tiempo suizo o alemán.