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Los mejores trabajadores

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Arrow red
Nadie sabe para quien trabaja en la formación de recursos humanos.
11 de octubre de 2016
Red star
Por qué es importante
La base de la filosofía es construir buenas relaciones con los mejores empleados.

Una de las frases más ciertas que se puede aplicar al mundo de los negocios es que “nadie sabe para quien trabaja” en lo que tiene que ver con la formación de recursos humanos. Y es que muchos empresarios saben lo que es invertir en preparar cuadros y lo fácil que puede ser perderlos.

Lo que muchos pierden de perspectiva es que detrás de saber dejar ir a los mejores recursos humanos que trabajan con un líder, hay toda una filosofía de liderazgo, según da cuenta un interesante artículo de The Wall Street Journal, titulado “Why the Best Leaders Want Their Superstar Employees to Leave”.

Larry Ellison, cofundador de Oracle Corporation  un empresario de esos que cualquiera reconocería como súper jefe, es de aquellos que  hasta la fecha que dejó su empresa en 2014, sólo reclutó a los mejores dentro de los mejores e inviertió muchísimo dinero en estas personas. Sin embargo, desde un primer momento estuvo listo para dejarlos ir si a estos les llegaba una mejor oferta de trabajo.

Y es que en el fondo el liderazgo tiene que ver con la capacidad de desear lo mejor para sus empleados. Cuando eso ocurre, grandes y jóvenes talentos tocarán la puerta de sus empresas todos los días.

De alguna manera, se trata de no tener miedo a perder un talento para atraer otros y lograr que el flujo se repita.

Se trata de toda una filosofía que han descubierto estos jefes, cuya base es construir buenas relaciones con los mejores empleados (como una suerte de profesor-alumno). Cuando esto ocurre y los alumnos superen al maestro, estos se acordarán de ti.

La idea que está detrás es que cuanto más crece el empleado, más crece el jefe. Por eso hay que crear relaciones desde temprano y nutrirlas de buenas experiencias.

Así que, sin importar qué tanto invertiste, las horas que dedicaste a enseñarle, o las veces que perdonaste ciertos errores, la próxima vez que un buen empleado abandone tu empresa, dale una palmada en la espalda y alégrate.