Clínicas y hospitales en el Perú: ¿A quién confían su salud los peruanos?

En los últimos años el boom de redes médicas ha permitido la integración de clínicas en todo el Perú. Sin embargo, a pesar de haber significado una mayor calidad en el servicio, este aún no se traduce en la preferencia de los peruanos por acudir a centros de salud privados.

En el siguiente cuadro elaborado por Proexpansión con cifras del INEI se muestran cuáles son los establecimientos de salud en los que se atienden los peruanos. Al 2013 el 36% de peruanos opta por acudir a un establecimiento del Ministerio de Salud –MINSA. El 31,4%  hace su consulta de salud en una botica o farmacia. Las clínicas privadas son la tercera opción de preferencia acudiendo a ellas el 16,3% de personas que buscan atención. A EsSalud va el 13,1%, menos del 1% acude a algún establecimiento de las FF.AA o la Policía y el 1,7% se atiende en casa o en casa de un curandero.

En los últimos 5 años las cifras no han variado significativamente y la misma gente viene prefiriendo los mismos lugares a los que solía acudir. Tal vez el acceso a EsSalud es el que más ha crecido en este lapso de tiempo. Sin embargo, como mencionábamos al principio de la nota, el acceso a clínicas privadas no ha sufrido mayor incremento. Es decir que a pesar del boom de clínicas y redes médicas, este aún no logra acaparar a más pacientes. Creemos que este estancamiento en el sector, no se debe a la calidad del servicio, sino que aún no se ha logrado entregar un producto lo suficientemente atractivo y económicamente asequible a la mayoría de familias peruanas.

Por otro lado, el porcentaje de personas que prefieren consultar en farmacias y boticas es preocupante. Estos lugares constituyen el segundo lugar al que más acceden los peruanos tratando de buscar algún diagnóstico a sus males de salud. Esto podría resultar en un tratamiento erróneo y hasta perjudicial para el ciudadano. Sólo por poner un ejemplo: la prescripción indiscriminada de antibióticos para cualquier resfrío o gripe es innecesaria, pudiendo provocar resistencia en personas que lo consumen de manera recurrente. De ahí la necesidad de ir donde un profesional de la salud para recibir un diagnóstico certero.