El lugar donde está prohibido botar los alimentos a la basura
El mes pasado el estado de Massachussets en Estados Unidos, aprobó una singular ley que busca promover el uso racional de alimentos por las instituciones como hospitales, restaurantes y demás empresas.
No botes la comida reza el viejo y conocido refrán. Desde muy pequeños se nos ha concientizado sobre la necesidad de comer todos los alimentos, o en su defecto, regalarlos o guardarlos, pero nunca botarlos a la basura. Pese a ello, muchos de nosotros continuamos arrojando alimentos que se echaron a perder en el congelador, o que simplemente ya no deseamos comer.
En el mundo, la tercera parte de los alimentos producidos terminan en la basura. En Estados Unidos, el escenario es aún peor con casi la mitad de alimentos producidos arrojados a la basura, debido principalmente a responsabilidad del consumidor.
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Recientemente, el estado de Massachussets ha aprobado una ley por la cual cualquier institución no podrá arrojar más de una tonelada al mes de alimentos en sus vertederos. El objetivo es alentar al uso racional de alimentos por estas instituciones y evitar una producción innecesaria que conlleva al arrojo de comida. Sin embargo, esta interesante medida ya ha ocasionado varios cuestionamientos en torno a qué hacer entonces con la basura restante, dado que la ley no lo especifica. Son cientos los restaurantes y demás instituciones que alegan no poder reducir la compra de alimentos debido al stock que deben tener en almacén por lo que ven difícil disminuir sus desechos alimenticios.
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Ante esto, se han tomado varias salidas. Algunos restaurantes han comenzado a otorgar sus desperdicios a criaderos de cerdos, otros a los biodigestores de la ciudad y otros a fábricas de compostaje. Cada uno tomando la medida que mejor se acomode a sus condiciones.
En el caso de los biodigestores se trata de grandes contenedores herméticos dentro de los cuales se deposita el material orgánico a fermentar. Su uso genera gran cantidad de combustible que puede ser utilizado para la producción de energía que ya algunas ciudades del mundo usan para el alumbrado o inclusive para dar energía al transporte público.
En general, se espera que esta ley permita no sólo un uso racionalizado de alimentos por las empresas sino una oportunidad de negocio para emprendedores del reciclaje, compostaje, entre otros.