HISTORIAS
¿Qué pasó con la chinchilla?
Cuando en 2009, Roberto Quispe, un guarparque de la zona que rodea Machu Picchu afirmó haber encontrado una chinchilla arborícola cerca del sitio arqueológico, nadie le creyó. Se trata de un roedor de casi 50 cm, con un cuerpo de 25 cm y una cola de 20 cm.
Y es que durante mucho tiempo esta especie fue considerada extinguida porque cuando Hiram Bingham encontró el complejo arqueológico se hallaron cráneos que parecían haber pertenecido a una especie extinguida antes que Pizarro llegara al Perú, además se descubrió cerámica Inca con figuras esculpidas de estas ratas, según dio cuenta un estupendo artículo de The Guardian denominado, Extinct' cat-sized chinchilla found alive in shadows of Machu Picchu, que en 2014 permitió conocer de este descubrimiento.
Precisamente, un grupo de científicos de México y Perú, liderados por Horacio Zeballos, curador del departamento de biología de los mamíferos en el Museo de Arequipa, salieron en el 2012 a la búsqueda de la chinchilla cerca de Wiñayhuayna, otro sitio arqueológico en el Camino Inca en dirección a Machupicchu.
El esfuerzo finalmente dio frutos y llegaron a encontrar un especimen vivo en la parte más empinada de los bosques de montaña, donde abundan los árboles frondosos cubiertos de vegetación propia de este tipo de zonas, lo cual se dio cuenta en 2014.
Esta circunstancia confirmó lo que había visto Quispe, y que la chinchilla nunca estuvo extinguida, solo estaba divirtiéndose en el bosque. Lo que no se llegó a determinar es si estaba o no en peligro, pero todo hacía pensar que sí porque no se encontraron en abundancia y porque claramente su hábitat estaba siendo afectado por la agricultura y la ganadería que abunda en la zona.
En ese momento, se conoció que también se habría llevado a identificar otras especies que hasta la fecha eran desconocidas para la ciencia, entre los cuales están un mamífero, un nuevo lagarto y cuatro tipos de ranas desconocidas.
Desde ese entonces no se ha conocido nuevos hallazgos ni se han hecho públicos nuevos informes y resultados de estas investigaciones conjuntas que podrían llevar a establecer que así como la chinchilla existen otras especies que sobrevivieron en el tiempo y que yacen ocultas a la sombra del Machu Picchu como sugirió Jeremy Hance para Mongabay, parte de la red de The Guardian Environment.
Lo que sí es penoso es que no sea públicas todas las investigaciones similares que se realizan en el Perú sobre la flora y fauna, y son entidades del exterior las que saben antes que nosotros lo que ocurre en nuestro país.
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